domingo, 30 de diciembre de 2012

Adios, año cruel

    Miedo me da darle la bienvenida a un año que acaba en trece, y aunque a ésta que lo es no le ha pasado nada malo en los últimos 365 días, intento ser solidaria, que es lo que  se impone en los tiempos recios que atravesamos: el 2012 ha sido un "annus horribilis" para media humanidad. 

    Se han ido para siempre unos cuantos genios y figuras de renombre, les hago una lista breve de las que yo voy a echar de menos: Mingote, Tony Leblanc, Chavela Vargas, Carlos Fuentes, Juan  Carlos Calderón y Antonio Tabucchi. Lo de Miliki ya se lo expliqué a ustedes en otra entrada, y aunque también siento que se hayan muerto Donna Summer, Sancho Gracia y JR (de soltero Larry Hagman) comprenderán ustedes que una tenga sus preferencias y elabore sus propias listas. 

    Y aunque se que la cosa puede engendrar polémica les diré que siento la muerte de Fraga y la de Carrillo, no a partes iguales, y siento que con ellos se cierra la puerta de una España que fue no como quisiéramos que hubiese sido, pero que quizás tampoco sería lo que es ahora sin personajes como ellos...conjuguen los tiempos verbales, concéntrense un poquito en el trabalenguas y quizás algunos de ustedes me den la razón. Léanse las memorias de Fraga y de Carrillo, entenderán ustedes buena parte del siglo XX y mucha parte de nuestros males. 

    Y este año cuarto de la crisis y duodécimo del milenio se ha llevado por delante las esperanzas de muchos desempleados, el pan de muchas familias, el futuro de muchos jóvenes, y los ahorros de muchos viejos. Nos hemos quedado sin la seguridad social que nuestros abuelos construyeron y pagaron, sin la educación que queremos para nuestros hijos y sin la ciencia que nos hará mejores seres humanos porque no hay cuartos para pagarla. Se llevó por delante la vida de Amaia Egaña, que se tiró por el balcón cuando venían a sacarla de su casa, y sus hijos mañana por la noche maldecirán con cada una de las doce uvas que se traguen el año doce y la ola deudora que se tragó a su madre. 

    Y como ya les dije en otras entradas de hace meses, faltará mi maestra, y a mi amigo el lúcido bloguero de cine le faltará su madre, y a mí, que soy una persona afortunada no me faltará nadie. Y este año me tomaré las uvas que, en contra de mis principios he comprado en botecitos ya peladas y sin pipas, a ver si dan más suerte, pidiendo no que me toque la lotería ni que alguien me lleve de viaje  sin decirme el destino hasta llegar al avión (es uno de mis fantasmas, muy confesable ya ven) sino que al menos tres de lo seis millones de parados encuentren trabajo, y que los bancos se conviertan en   Asociaciones benéficas...ya puedo pedir ya...

    Feliz 2013 a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que me siguen, me leen y me lo dicen, nos vemos el año que viene!



martes, 25 de diciembre de 2012

25 de Diciembre, fun, fun, fun

    El día 21 no se acabó el mundo como bien pudieron comprobar ustedes, y el día 22 a servidora no le tocó la lotería por la simple razón de que no jugaba nada. Soy un desastre para acordarme de que existe la suerte (o será que ya he tenido suficiente hasta ahora?) jamás compro boletos ni papeletas de ningún tipo y no lo hago por que no recuerdo que se puede hacer, aunque quizás ayude el haber tenido algun ancestro ludópata y el haber oído constantemente por parte de padres y abuelos todo tipo de monsergas al respecto; en mi familia los juegos de azar son menos bienvenidos que Satanás, y uno, ya se sabe es deudor de los traumas familiares en buena medida! A mi bisabuelo sevillano, los vendedores de lotería venían a venderle a domicilio, de lo buen cliente que era, con eso ya se lo digo todo...

    No me ha tocado a mí ni a ninguno de mis parientes cercanos, pero le ha tocado a  un señor aceitunero de Baeza, que ha sido portada en los periódicos del día siguiente  porque ha conseguido evitar un desahucio y con lo que me quede le va a comprar un poney a su nieto y se va a "arreglar los piños" (palabras textuales) ; el hombre tiene un plan presupuestario clarísimo  y vive Dios que la pasada por  el dentista a juzgar por la foto, es de extrema necesidad. Y de paso añado: que viva la lotería de Navidad de este año, que le ha tocado a mucho necesitado y va a evitar más de un desahucio.

    Iberia no me ha jugado ninguna de las suyas y no me ha tocado hacer tres comidas y siestas varias en los pasillos de ningún aeropuerto, y eso que las perspectivas eran malas a morir. Sólo ha habido que pasar rapidamente y de puntillas por la T4, ese monstruo de la ingeniería civil creado para que los pasajeros se pierdan por ella y se dejen las cervicales mirando a las pantallas porque cambian las puertas cada cinco minutos. Mi amigo madrileño a ultranza dice que sólo tenemos problemas en la T4 los de provincias, cosa que no le discuto, aunque hace dos días, verla llena de mugre gracias a una huelga del servicio de limpieza daban ganas de salir corriendo más deprisa aún que de costumbre.

    Y a día de hoy, 25 de diciembre, ya hemos sobrevivido al primer asalto de comidas familiares, cafés toreros con los amigos, amigos invisibles, villancicos de voz chillona por las calles, tortazos en la cola de la pescadería, monumentos navideños absurdos en las plazas de las ciudades que amo y vivo, foto de la reina con todos sus nietos a la salida de un teatro y mensaje de su Real esposo sentado de medio gancho en la mesa del despacho. Todo lo cual demuestra que aunque no nos toque la lotería, somos seres afortunados de tener amigos, padres, hijos, hermanos, incluso cuñados y suegras, y tradiciones que nos calientan las neuronas y a veces el ánimo, pero que el día que nos falten echaremos de menos. Los seres humanos somos una panda de insatisfechos, yo como todos, y eso que a mí este lío navideño me gusta. Relájense. Y feliz Navidad a todos!

viernes, 21 de diciembre de 2012

Y no se acabó!

    A la hora que ésto escribo, debería ya habernos  pasado por encima un tsunami, o quizás un terremoto estremecedor, o quizás deberían haber llegado mil platillos volantes repletos de extrarrestres asesinos como los de "Mars attack" o vaya usted a saber qué otras lindezas. Queda día por delante, aunque hoy como tal sea el día mas corto del año, pero parece que nada se mueve y que los agoreros y nostradamus de pacotilla tendrán que ir buscando otra fecha apocalíptica para meternos miedo. Para su información: desde que el mundo es mundo, hemos tenido unas doscientas alertas de este tipo, algunas como la del año mil, nos dejaron un magnífico patrimonio artístico en forma de iglesias románicas, otras han dejado muchos ríos de tinta en la prensa, mucho loco soltando despropósitos  y poco más.

    Me reprocharán ustedes que es muy fácil escribir y reirse de la estupidez humana a toro pasado, cierto es. Como cierto es que soy una persona descreída por naturaleza, aunque supersticiosa (una tiene sus contradicciones) y más me preocupa que entremos en el año 13 y que encima el 1 de enero sea martes que un vaticinio de unos Mayas a quienes probablemente se les habían acabado las hojas del calendario o las bolas del ábaco para calcular. Los Mayas eran sabios y por lo que hemos visto hoy, no infalibles.

    Prefiero someterme a ciertos ejercicios de ciencia ficción como pensar qué nos hubiera arreglado el fin del mundo: no tener que pasar la Nochebuena con los parientes que no soportamos, por ejemplo, o no tener que comprar el regalo del amigo invisible. Más ejemplos? pues a Rajoy le hubiera arreglado el dilema de cuándo pedir el rescate para España. Y a  Urdangarín le hubiera librado de la cárcel, que se le debe de aparecer en sueños cada noche. Y a la baronesa Thyssen de tener que ir a un juicio contra su propio hijo. Y puestos a librarse, Artur Mas se libraría de tener que tomar ciertas decisiones que va a tener que tomar, y Belén Esteban de sus adicciones, y Barack Obama de los de la Asociación Nacional del Rifle que piensan que lo de pegar tiros es una libertad constitucional inmutable. El que no ve el lado positivo es porque no quiere.

    El fin del mundo hubiera arreglado el agujero de la capa de ozono, el hambre subsahariana, el calentamiento global y de paso se habría llevado por delante (junto con nosotros, qué le vamos a hacer) a tipos como Bachar el Asad, Hugo Chávez y Silvio Berlusconi. Nos hubiera dejado los océanos limpios y las ciudades descontaminadas, hay quién de más?

    Lástima que mañana es la lotería de Navidad y que nos hubiéramos quedado sin saber en qué pueblo del cinturón industrial de Barcelona cae el gordo; que yo quiero pasar parte de mis vacaciones rodeado de mis parientes (yo sí los soporto, afortunadamente) y que me gustaría ver la temporada catorce de "Cuéntame" si es que a RTVE le da la gana de estrenarla de una vez. Casi que prefiero que el fin del mundo no haya llegado, aún con las ventajas anteriormente descritas, y ustedes?

domingo, 16 de diciembre de 2012

Respeto

    Me dice mi Pepito Grillo personal que me estoy poniendo un poco pesadita con lo de la mula y el buey así que cambio de tercio, no sin antes dejarles esta imagen que me ha enviado el mismo Pepito Grillo por Facebook y que me parece fantástica:

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    Y abandono el temario navideño para meterme en otro de mis asuntos predilectos: la adolescencia, los adolescentes y sus cosas, lo inexplicables que me parecen y lo poco que los entiendo para todo lo que me esfuerzo.La penúltima, porque con ellos nunca se ha llegado a la última, es el uso que le dan a una muletilla consistente en decir en voz alta "respect", o "respeto" en castellano viejo, y acompañar la susodicha muletilla con un golpe de pecho. No me queda muy claro lo que reclaman con ello, a mi me sueltan lo de "respect" y lo que me viene al pensamiento es una canción (fantástica por cierto) de Otis Redding cantada por Aretha Franklin:



    Quién sabe en qué estarán pensando estas criaturas con las hormonas revolucionadas cuando reclaman respeto? porque lo hacen constantemente: en sus dialogos internautas (sí me acuso, yo soy una de esas madres interventoras que les dejan a sus hijos hacerse un Facebook a condición de que te acepten como amiga) en sus mensajes de teléfono y en cada dos frases que sueltan a diario. Será que les preocupa el respeto por las minorías? o que se respete la mayoría y lo que ella decida aún cuando no se esté muy de acuerdo?  Quizás pidan respeto para el bien público?  o para los ancianos? o para los parados, jubilados, emigrantes sin papeles y demás gentes de dificultoso vivir?  Tengo mis dudas.

    Será que todos a una han decidido que eso de la adolescencia, además de ser un periodo de zozobra emocional y una gaita para los padres, es también un grupo de población minoritario para el que hay que reclamar el tal respeto? O será como decir "coño" pero sin el toque castizo que tiene el taco castellano? A quién se le ocurrió primero? Pasará a los anales de la jerga adolescente como el "tronco", "mola", "joé", "me pasé tres pueblos" o el "no me rayes"?

    Habrá que esperar un tiempo, me temo, para esclarecer el misterio; mientras tanto la respuesta sólo la tienen ellos, los seres hormonales. Si me dejaran darles un consejo les diría que lo del respeto es como la caridad, bien entendida empieza por uno mismo...Dios qué vieja me estoy haciendo!

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Se armó el Belén

    Tras el árbol llega el Belén, que va a servirme de excusa para meterme con el Vaticano y su cantante principal, algo que me produce cierto placer, no lo oculto. Ya les di un avance en la pasada entrada: los belenes de este año, si le hacemos caso al Papa, no tienen que tener ni mula ni buey, que son, como bien aclara Benedicto (que además de Papa es sabio y teólogo) errores históricos. Y si se es católico y se cree en la infalibilidad del Papa, pues toca quitar los animales del pesebre, no hay otra.

    Claro que en ésto, cada uno interpreta la fe como le da la gana, porque yo he hecho un sondeo entre los belenistas que he encontrado a mi alrededor y todos se resisten como gato panza ariba a quitar a la bendita mula de en medio, así que puede que el Papa se esté encontrando por primera vez en su vida con una auténtica rebelión, bastante más importante que la de aquellos que reclaman el sacerdocio para las mujeres o la admisión de los clérigos abiertamente homosexuales  en el seno de la Madre Iglesia. Quién se lo iba a decir a él!

   Este Papa, ya nos advirtió otro sabio teólogo español llamado José María Martín Patino, que a pesar de la fama de carca que le precedía, acabaría por sorprendernos, como así ha sido. Por cierto, Martín Patino, fue durante muchos años la mano derecha de Tarancón, es Jesuíta (lo cual le convierte casi automáticamente en sabio) y es mi paisano, así que me fío bastante de sus opiniones. Resulta que el más que brillante Ratzinger, ha dejado chico al tosco Wojtyla, al que básicamente le preocupaba salir en la tele y acabar con el comunismo. Mientras otros en el Vaticano se dedican a gestionar las finanzas, él se ha dedicado a seguir estudiando, que es lo suyo, y nos ha propinado una biografía de Jesús que no se si será un best-seller estas navidades, pero de entrada ya la ha liado con una cuantas cosas. El Papa dice que nos olvidemos de Nazareth como lugar de nacimiento, lo cual le da la razón a una buena mano de villancicos españoles que situan la trama en Belén:"a Belén pastores", "hacia Belén va una burra rin-rin", etc. No asegura que los Reyes Magos fueran tres, dándole la razón a muchos otros que lo dijeron antes que él, se carga buena parte del mito de José, que ya no es carpintero sino terrateniente, y sigue defendiendo a capa y espada la virginidad de la Virgen, que para eso sí que hay que ser teólogo y no historiador (ni creyente) o como decían mi padre y sus amigotes cuando hablaban de los hijos ilegítimos de algún conocido: "San José sólo ha habido uno en la historia".

    El Papa da cierta prueba de humildad científica porque supongo que no puede evitar que salga el sabio académico que lleva dentro y advierte en el prólogo que "cualquiera es libre de contradecirme"...Eso sí que es una novedad! Y en cualquier caso, lo que yo constato  entre muchos católicos enfurecidos y otros que no militan con tanta pasión que, al final, en esto de la mula y el buey como en tantas otras cosas, se demuestra lo que me dijo hace un par de días mi amiga Marta y que publico con su permiso porque me parece una frase genial: "los ateos somos los verdaderos guardianes de las esencias cristianas".

  Y ustedes, qué Belén van a poner, uno según el Papa y sus nuevas teorías...o uno como Dios manda? Ya me dirán, soy toda oídos... 

domingo, 9 de diciembre de 2012

Arboricultura navideña

    Iba yo a titular esta entrada "horticultura navideña"  cuando me asaltaron las dudas (ya es conocido de ustedes mi desinterés por el reino animal y mi profundo desconocimiento del vegetal) y rápidamente acudí a la Wikipedia, eso que le decimos a nuestros hijos adolescentes que no hay que hacer,  y corregí el tiro...La tecnología bien empleada empieza por uno mismo! Cierro el capítulo introductorio.

    Porque de lo que yo quiero hablar en realidad es del árbol navideño, que en mi hogar se instaló, con cierto retraso sobre el calendario previsto, ayer por la tarde. Y por mi parte con el eterno dilema existencial de si es mejor un árbol natural, que se cría cerca de casa y beneficia a la economía local o uno artificial, que salvaguarda el ecosistema del bosque pero viene en avión desde China y lo han fabricado con toneladas de plástico unos pobres chinos que a saber si han cobrado por ello algo más que  un bol de arroz...A mi la cuestión me atormenta cada año, pero a mis seres queridos y navideños no parece, porque dan por hecho que el árbol de casa es natural como la vida misma, y como de la Navidad se ocupan ellos, pues yo a callar. Mientras ellos colocaban el árbol yo les amenicé la velada con unos "jingle bells" cantados por Frank Sinatra y Bing Crosby que, para mi, y salvando el tamborilero de Raphael y " los peces en el río" de Rocío Jurado son lo más que se puede pedir de banda sonora para estos días. Pero de todo ésto ya hablamos largo y tendido el año pasado por estas fechas (pueden revisar el mes de diciembre de 2011 en los archivos de este su blog)  hoy me voy a limitar al árbol.

    Y ya que no puedo resolver el dilema del árbol natural sí o no, me he dedicado a investigar por mi cuenta qué otras alternativas hay para el árbol de plástico fabricado por los chinos. Paseando por Ikea, veo el modelo promocionado este año por esos suecos que se las dan de ecológicos y luego te dicen que redecores tu vida o tu casa, o lo que sea y te venden muebles de usar y tirar cada tres años...El árbol Ikea 2012 es de cartón reciclado, bastante gracioso la verdad, y lo venden con unas pegatinas que ofician de bolas; lo encuentro bastante ingenioso: se le puede dar un rotulador a los crios una tarde de domingo que llueve y que lo pintarrejeen a su gusto, lo cual deja inservible el árbol pero le resuelve a una la tarde.

   En una casa a la que fui invitada hace unos días vi un árbol inflable (como lo oyen) transparente y con las bolas flotando en el interior con un ingenioso sistema que no llegué a comprender; plástico puro todo, pero diseño esmerado, no me pega en este caso un "made in China". Y hace un par de años, en mi ciudad y en casa de unos conocidos, el árbol navideño era una rama de encina recogida del campo (eso sí que es fomentar el producto de proximidad y gastar poco) convenientemente adornado por sus bolas y espumillones de colores. Tan propiamente navideño como un abeto, pero con un toque más autóctono. Porque, bien pensado, lo autóctono sería no poner árbol, que es algo muy poco español y bastante de importación.

    Lo nuestro ha sido el Belén de toda la vida, pero también hay que entender que si Benedicto nos sigue quitando las figuritas (ahora la mula y el buey, el año que viene ya veremos) la gente se sienta confundida y busque refugio de sus convicciones navideñas en el arbolito, que al menos no es objeto de reflexiones teológicas...todavía! Por cierto, se nos ha olvidado en mi casa sacar el portal de Belén, que dice Benedicto que a saber si fue en Belén, pero yo como no creo en la infalibilidad del Papa y sí en la tradición popular pienso colocarle la mula y el buey y además este año en primera fila! Que tengan ustedes una buena semana.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Constitucionalmente suya (de ustedes)

    Mañana es fiesta en España, aunque hay quién lo discute, porque esta pobre Santa Constitución tuvo la mala suerte de promulgarse un 6 de diciembre, a 48 horas vista del día de la Inmaculada Concepción (mi santo, el de mi madre y el de mi abuela, para su información) y claro, los curritos se montaron un macropuente, los empresarios bramaron por ello, las agencias de viaje, en épocas de vacas gordas echaban humo, los hoteles llenaban, los controladores aprovechaban para hacer huelga y España ponía alegremente el cartel de cierre durante cuatro o cinco días. Fue muy bonito mientras duró.

    A uno de los primeros gobiernos socialistas se le ocurrió que ya que no éramos un estado confesional, quizás podría eliminarse la Inmaculada como fiesta de guardar, y los miles de capillitas sevillanos y andaluces en general se echaron a la calle amenazando con que ese día iría a trabajar su padre. Y como en Andalucía era donde se pescaban votos para las mayorías absolutas de aquel entonces, enseguida el ministro de turno plegó velas y se siguió celebrando el puentazo. Insisto, debió de ser bonito mientras duró, porque cuando yo vivía en España, o tenía que estudiar, o no tenía dinero para viajar, así que el macropuente me lo pasaba en mi casa.

    Santa Constitución de 1978 cumple 34 años de más o menos buena salud, con muchos frentes abiertos, muchas ganas de meterle mano por todas partes y un rey viejo y averiado que la sacó adelante y decidió retirarse a sus cuarteles de invierno en una maniobra que en aquel entonces le honró pero que resulta que le venía muy bien para echar canas al aire y pegarle tiros a todo animal salvaje que se pusiera en el punto de mira... 34 años después le hemos pillado la jugada Majestad, ay!

    La generación Nocilla nos tuvimos que estudiar la Constitución en el colegio por Decreto Ley y yo además me la repasé en mis años de Universidad porque tuve un curso de doctorado que se llamaba "Historia del Constitucionalismo español", donde aprendí de todo y por su orden gracias a que lo impartía un profesor excepcional que se llamaba Francisco Tomás y Valiente, que además de ser un sabio fue también  una persona excepcional, y como tal murió en un atentado excepcionalmente cruel y macabro como sólo se los gastaba la ETA. Y por cierto, fue uno de los primeros miembros del Tribunal Constitucional y presidente del mismo entre 1986 y 1992, cuando el consenso para nombrar a  los cargos públicos no era tan complicado como ahora.

     Así que a ésta nuestra querida y tantas veces incomprendida y vilipendiada Constitución, me la conozco relativamente bien; lo suficiente para ser consciente de sus imperfecciones, cómo la primacía del heredero varón de la Corona o el embrollo autonómico entre otras minucias. De lo primero no se si merece la pena preocuparse mucho, para mí que Leonor no va a tener ningún hermanito varón y queda por ver sobre todo si Leonor llegará a reinar cosa que, si nos modernizamos como debemos, no debería ocurrir, digo. Y sí, la Constitución es imperfecta como lo es nuestra democracia, lo cual es de agradecer, porque las democracias demasiado perfectas acaban pareciendo dictaduras.

    Concluyendo, mañana toda España de puente y los expatriados a trabajar en nuestros respectivos países de residencia...en los años de la opulencia nos visitaban parientes y amigos, que ahora probablemente visiten a otros parientes y amigos más cercanos que vivan dónde no haya que pagarse un avión para llegar. Y si se me permite una sugerencia para el ministro irascible, promulgue usted un nuevo Decreto que obligue a los españolitos a estudiar la Constitución, que algo aprenderán, y con suerte, a los obispos no les parecerá mal y no montarán el cirio como hicieron con la educación a la ciudadanía. Dicho queda.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Y mañana, lunes

    Una canción para empezar:


    "I don't like mondays", de los Bomtown Rats, publicada en 1979. Resulta que a mi me encantaba esta canción y me encantaba el cantante a pesar de lo feo que es. Y resulta que como en 1979 yo no sabía idiomas, pues no entendía el mensaje que llevaba incluido, ni que el autor (el propio cantante, Bob Geldof) la había escrito haciendo referencia a una chiquilla de 16 años que se cargó a tiro limpio a dos adultos y ocho niños disparando contra ellos en el patio de su colegio por la simple razón  que no le gustaban los lunes...o al menos esa fue la explicación que le dio a la policia. En USA como tienen fusiles en vez de paraguas y abrigos a las puertas de las casas pues lo demás vino rodado.

    Escribiendo un domingo por la noche, se me antoja bastante oportuna la cancioncita. Y eso que yo no tengo especial fijación ni con los domingos que tanta gente detesta ni con los lunes que otros tantos temen. A mí los domingos dejaron de molestarme cuando dejé de tener la obligación de ir a misa y ponerme para ello un traje de jaretas y un abrigo con botones dorados, y de eso  ha pasado ya bastante tiempo. En cuanto a los lunes, me agobia su llegada en esta época del año, cuando hay que volver a levantarse a cero grados y de noche después de dos días de tregua; en el trabajo apenas pienso, lo que más me fastidia es sacar ese pie de la cama para ponerme en marcha a las siete de la mañana cuando aún no ha amanecido. Es más, en otra época pretérita de mi vida, en la que los fines de semana estaban llenos de mocos, pises, cacas, biberones que lavar y calentar y pañales que cambiar, los lunes eran casi una bendición del cielo. Todo es relativo.

    Pero los psicólogos dicen que sí, que existe ese síndrome del lunes, y mediante sondeos y encuestas han establecido que es un día deprimente para buena parte de la humanidad, para la que han establecido que hay 50 % más de probabilidades de llegar tarde que el resto de los días de la semana; una media de 12 minutos de quejas con respecto a la media semanal de 5 minutos y un 30 % menos de productividad laboral.  Perece ser que los lunes la gente en el trabajo no sonríe hasta pasadas al menos tres horas desde su llegada.  La universidad de Exeter en Gran Bretaña va más lejos y le pone hasta un coste numérico a esa bajada de productividad: 93 millones de Libras Esterlinas le cuesta al año la melancolía de los lunes las empresas británicas; no está mal. Quizás ahora, con el paro galopando en todos los países cambie la tendencia y la gente comience a alegrarse de que llegue el lunes y les pille trabajando,  quién sabe.

    No recuerdo quién fue el que dijo que "el domingo a las siete de la tarde la humanidad inclina la cabeza" (y ni siquiera Google me encuentra al autor de esta frase!). Bien,  pues yo, los domingos a partir de las nueve, me leo El País Semanal, miro el pronóstico del tiempo para los días sucesivos por aquello de abrigar a las criaturas (eso sí que me pone de mal  humor) y después, casi todos los domingos, les atizo a ustedes sufridos lectores una entrada para que, al fatídico día siguiente,  desayunen conmigo los muy adictos a Internet y se tomen el café de media mañana los menos enganchados; a ver si así, sin darme cuenta, resulta que estoy haciendo una labor social! Feliz semana para todos, les recuerdo que mañana es lunes.

   

jueves, 29 de noviembre de 2012

El que necesitamos

  Que gobernar no es fácil ya lo dijo Rajoy hace unos días a la vez que se esforzaba por hablar idiomas:


   Que una cosa es hacer oposición y otra bastante más complicada es tener mando en plaza, ya se habrá percatado. Y de paso ha admitido públicamente, en un inglés que entienden hasta los marcianos, que no es sencilla la tarea. O al menos no como decía su predecesor en el cargo, que afirmaba que cualquiera podía se presidente del gobierno, con lo fácil que era...

    El problema (y no sólo de nuestro país) es que las grandes cabezas pensantes que otrora gobernaron el mundo ahora no se arriman a la política, y claro, dejan mucho hueco para que por ahí se cuelen los inútiles sin una pizca de sentido de estado, que es lo que nos hace falta en estos tiempos, bastante más que hablar inglés o entender de economía. Muertos Fraga y Carrillo, retirado Miguel Roca, abrumado Jordi Pujol por las faltadas de su hereu, con Felipe González saliendo en el Hola y Adolfo Suarez viajando por el hiperespacio el saldo de hombres de estado en nuestro país (e insisto en otros muchos países también) se nos ha quedado a cero. Lástima.

   Nos hace falta un tipo de ser humano que a día de hoy no se da y quién sabe si se dará alguna vez más en la historia. Alguien que simplemente crea que" la patria es sinónimo de justicia y libertad para todos", no hace falta añadirle más versos al credo. Alguien que esté viajado, leído e instruído, y a ser posible que esté al borde de la cincuentena, porque me dice la experiencia (y mi propia cincuentena que se va acercando) que antes de esa decena a uno no le ha dado tiempo a asimilar lo mucho que te puede enseñar la vida, simplemente por vivirla. Alguien que tenga buena pluma: quien escribe bien está acostumbrado a ordenar sus ideas antes de ponerlas en un papel, y a pensar antes de escribir o de hablar, que es importante. Los profesores están bien colocados en esta carrera, y si han hecho una tesis doctoral, que obliga a dedicar muchas horas de estudio a un sujeto casi siempre intrascendente, aún mejor.

    Alguien que se haya dado cuenta que "apelar a la unidad indisoluble de España cuando una parte añora estar disuelta" es un esfuerzo inútil. Alguien que piense que "los hombres y las mujeres son ciudadanos, y que el rango de ciudadano se conquista con méritos y buen comportamiento", porque hay mucho energúmeno que no se lo merece aunque desciendan de la pata derecha del Cid. Alguien que tenga claro que "la religión no puede exceder los límites de la conciencia personal y no puede ser un elemento constituyente del estado". Y de paso, que también tenga claro que el gobierno de la "res pública" (no forzosamente de la república) no debe caer "en manos de pandillas políticas". Alguien que, llegado el momento sepa apartarse de un poder que no le pertenece sino que un pueblo soberano (o incluso sólo una parte de éste, que fueron los que le votaron)  puso en sus manos, enemigo de guerras y enfrentamientos que sólo traen "destrozo que añadir a tantos males"...porque " todos somos hijos del mismo sol y tributarios del mismo arroyo".

    Todos los entrecomillados son de ese hombre que nos haría falta ahora pero que, desgraciadamente, se murió en 1940. Se llamaba Manuel Azaña, fue el último presidente de la República antes de la victoria de Franco, un gran hombre y un gran político. Si quieren saber de estas y otras perlas que salieron por su boca léanse sus diarios ("Manuel Azaña, diarios completos: monarquía república, guerra civil"; Ed. Crítica, Madrid 2000); si les da pereza, léanse simplemente la entrada correspondiente de la Wikipedia; con eso basta para darnos cuenta que es el hombre que España necesita y no encuentra...qué pena de clonación, a veces qué útil sería!

    Y para terminar mi favorita de entre sus muchas citas:
"si en España cada uno hablara de lo que sabe y sólo de lo que sabe, se haría un silencio tal que todos podríamos aprovechar para estudiar"...Y eso que el señor Azaña no conoció el fenómeno tertuliano televisivo...ni Intereconomía, ni a Jiménez Losantos...y pensándolo bien quizás el dicho me lo tenga que aplicar yo también a mi misma!

domingo, 25 de noviembre de 2012

Economía para menos que preadolescentes

   Hace un año, escribí una entrada titulada "Economía para preadolescentes" donde intentaba con ejemplos más o menos gráficos mostrarles la manera de contarle la crisis a mi hijo de doce años. Un año después la crisis sigue siendo crisis, y mi hijo sigue siendo un preadolescente; Grecia sigue al borde de la bancarrota aunque con otro gobierno, España flirteando también con ese bordillo resbaloso de la quiebra (y también con otro gobierno) y ahora es mi hija pequeña quién pregunta por la crisis y sobre todo por Grecia, los griegos, y sus deudas, que parece que es algo que le interesa particularmente.

   Me decido a emplear un ejemplo colegial. Pongamos hija, que en tu clase hay una niña manirrota convicta y confesa, de nombre Pepi (sí ya se que las niñas de hoy no se llaman Pepi, pero sigan leyendo) que gasta a espuertas, se compra todo tipo de chorradas y le pega sablazos a toda la clase, a la que le debe ya  hasta las pestañas. Pepi no es la única dispendiosa, porque hay otras dos, Luci y Bom que también derrochan, pero son hijas de buena familia y tienen la economía un poco más saneada, por eso la gente no les tiene tanta ojeriza. En cambio la pobre Pepi ya ni sabe cómo salir del lío en el que se ha metido, por comprarse con dinero prestado un móvil de última generación cuando no tenía ni para pipas, por pedir prestado a derecha e izquierda aunque fuera para financiarse un regaliz rojo, porque que cada domingo cuando llega la paga, por un lado entra y casi por el mismo lado sale.  Pepi es buena chica y simpática, y eso le ha salvado de que hasta ahora no le hayan partido la cara. Luci y Bom miran para otro lado porque saben que cuando Pepi caiga, las siguientes serán ellas.

    Pepi estudia en un colegio público donde hay gente de varios credos y nacionalidades. Ella teme que le vayan con el cuento a sus padres, porque entonces éstos, que no van sobrados de fondos, le van a cortar el grifo y a ver cómo financia ella sus gomas del pelo y sus chupachups...y ese día llega. Una de las niñas acreedoras es la hija de un pastor protestante de un país cercano al polo norte que está harta de pedirle cada día a Pepi el euro que le debe desde hace meses y se chiva a los padres. Pepi descubre que, el catolicismo, como religión, es la más conveniente para tener deudas: lo dice el Padrenuestro ("padre perdónanos nuestras deudas" hasta que los banqueros presionaron para que se cambiara por "perdónanos nuestras ofensas") y además si cometes una fechoría vas, te confiesas, te arrepientes y después borrón y cuenta nueva, el perdón existe. Los protestantes , ay! no conocen el perdón y son capaces de cargar con sus culpas hasta el fin de sus días, así que para qué perdonar...

    Se acabó la vida deudora de Pepi y a partir de ese momento toda la clase,  quiere que le devuelvan el euro prestado y lo quieren ya, lo cual es imposible porque  los euros prestados a Pepi ya hace mucho que se evaporaron. Y encima algunos quieren un euro y medio, por una cosa rara que ellos llaman "interés".  Nadie se molesta en enseñarle a esta pobre criatura cómo administrar mejor sus capitales, sino que todos se limitan a dejarla castigada sin paga y sin merienda y a avergonzarla públicamente una y otra vez, visto que los dineros son irrecuperables.

    Mi hija me dice: " y si el dinero ya no está, y sus padres no pueden pagar por ella, por qué no le perdonan la deuda antes de que se haga más gorda y ya está...la próxima vez que Pepi toque un euro quizás con ayuda y más control aprenda a gastarlo mejor"....En la boca de los niños está la verdad,  fue un tal Jesucristo quien lo proclamó y el Evangelio, creo que aún es común con los protestantes. Rectificar es de sabios, perdonar de seres humanos y meter la pata y no admitirlo, un vicio universal. Y si Pepi no fuera una niña sino una administración pública y se llamara Grecia (o España, o Portugal) quizás con una dosis de perdón bien entendida volvería a encarrilarse. Feliz semana para todos.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cómo están ustedes?

    Desde hace dos días tengo mi muro de Facebook tomado por asalto por los nostálgicos gracias a la muerte de Miliki. Incluso hay quién me ha pedido encarecidamente  que escriba algo al respecto, y aunque yo también insisto en que ésto no son los discos solicitados, al final cedo porque como tema para  escribir en estos días  no quedan más que los desahucios (ya lo hice) o Artur Mas (no creo que lo haga) y porque se supone que Miliki fue una figura esencial para la generación Nocilla a la que pertenezco. Ahora bien,  les advierto, será una más de mis rarezas, pero la verdad es que la muerte de Elizabeth Taylor el año pasado o la de Chavela Vargas me conmueven más, y si nos remontamos en el tiempo, la de Lola Flores o la de Frank Sinatra, y si nos proyectamos en el futuro, lloraré como una magdalena el día que se muera Julie Andrews y juro que cantaré "Supercalifragilisticoexpialidoso" durante 24 horas seguidas, porque ella sí que es parte auténtica de mi infancia.

   Ya les digo, yo fui una niña rara a la que no le gustaban demasiado los payasos de la tele, aunque cuando operaron del corazón a mi abuelo y coincidió con Fofó que se estaba muriendo en el mismo  hospital bien que me encargué de pregonarlo a los cuatro vientos, aunque yo a Fofó moribundo no lo vi ni en pintura. Los payasos salían en la tele a la hora en la que yo  hacía mis deberes y, además, mi madre les tenía cierta aversión porque decía que lo rompían todo. Se me quedaron grabadas, eso sí, muchas de sus canciones, que después Miliki reeditó a principios de este milenio y que yo durante los primeros años de mi vida de madre trabajadora utilicé como banda sonora para calmar a mis criaturas en los atascos mañaneros camino de la guardería...entiendo que le dieran un Grammy a Miliki por la versión de "Feliz, feliz en tu día" cantada al alimón con Celia Cruz, pero entiendan ustedes que después de haberla oído dos veces al día, cinco días por semana durante dos o tres años, yo haya llegado al punto de saturación con este género musical.

   Al César lo que es del César, Miliki tenía cara de buen tipo y probablemente lo fuera, uno de esos hombretones de bien a los que le confiarías un buen rato a tus hijos, aunque el rato sea televisivo. No es poca cosa, cuando vemos lo que hacen a veces aquellos que pasan horas con nuestros herederos:  véase el caso de los karatecas canarios y, siguiendo con el deporte,  véase el caso de Anna Tarrés, la exitosa entrenadora de la natación sincronizada, a quien le daremos el beneficio de la duda, pero que resulta que no sólo buscaba a niñas de barrio periférico para convertirlas en sirenas de piscina olímpica, sino que resulta que lo conseguía siendo una buena mezcla de la señorita Rotenmeier (la de Heidi para los no iniciados) Himmler en versión catalana y un sargento chusquero del ejército de tierra. Yo a Miliki le hubiera dejado a mis hijos sin dudarlo, con suerte habrían aprendido a tocar el acordeón, que él lo hacía maravillosamente; y con menos suerte se habrían aprendido de memoria "un barquito de cáscara de nuez" algo que yo no conseguí a su debido tiempo por más que insistí. Aunque en descargo de ellos diré que a día de hoy, y por mucho que insistan, no pienso aprenderme ninguna canción de Selena Gómez ni de ningún rapero millonario.

    Descanse en paz Emilio Aragón, padre de Emilio Aragón hijo, que iba para cómico importante y se dedicó a hacer pasta y nos perdimos al que hubiera sido nuestro Bing Crosby nacional (recuerda alguien su programa de la noche de los domingos, aquel hombre que caminaba sin desmayo detrás de una línea amarilla?)  yo no pensaba escribir sobre Miliki, pero ya ven, una se debe a sus lectores...

domingo, 18 de noviembre de 2012

Fuego!

    Como el saber no ocupa lugar, esta semana he hecho un curso de cómo apagar fuegos y prestar ayuda en el lugar de trabajo en caso de incendio. La burocracia lo llama "equipos de primera intervención", el vulgo: bombero de primeros auxilios. Para que vean todos aquellos que piensan que los funcionarios somos una panda de vagos recalcitrantes que nos instalamos cada mañana detrás de las ventanillas y mostradores para navegar por Facebook, leer el periódico, echar la Primitiva y decirle al público que le falta una fotocopia en su expediente. Para que vean, digo: somos personas polivalentes e incluso capaces de acercarnos a oficios que nada tienen que ver con el nuestro.

     Resulta que una trabaja en edificios peligrosos (por altos, anchos y llenos de moquetas y de electrónica) que necesitan permanentemente de una especie de retén de bomberos aficionados dispuestos a realizar intervenciones de poca monta para lo cual es necesario saber manejar un extintor, caminar por un pasillo a oscuras y lleno de humo y ayudar en operaciones de evacuación. Para una servidora aprender todo ésto ya es vivir peligrosamente, habida cuenta de que ni juego a la bolsa, ni esquío, ni viajo a repúblicas bananeras ni me gustan las montañas. Huyo del peligro como de los bichos de plumas, que es la única fobia que declaro públicamente.

   Y ahora viene lo bueno: resulta que el famoso tópico de los bomberos, descritos como hombretones fornidos, macizos (digámoslo claramente) altos guapos y deportivos es...verdad! Como lo fue en otro tiempo el tópico de butanero. O si no, ya es casualidad que de cuatro bomberos instructores que nos han dado el curso, tres fueran modelos de revista y el cuarto feo de cara y algo menos de cuerpo. Y por si fuera poco, buenos instructores, claros en sus explicaciones,  gente amable y risueña y muy poco pagados de sí mismos. Ante nuestra insistencia en tratarlos como héroes uno de ellos nos dejó esta perla que les transmito para que la analicen: "no somos héroes, sino profesionales de un oficio arriesgado; los héroes lo son siempre por casualidad". Ustedes pensarán que padezco el síndrome de Estocolmo en versión bombera, pero ya me dirán cuantas veces en su vida se cruzan ustedes con  tipos como éstos con tiempo suficiente para charlar con ellos. Francamente, es más fácil encontrarse en la cola del supermercado o en un sarao cualquiera con un tonto, un banquero o hasta un pervertido sexual (o una combianción de los tres factores) antes que  con un bombero. Lo digo para que comprendan mi fascinación.

   Y para terminar, un poco de cine, que hace mucho que no les dejo ninguna imagen. "El coloso en llamas" película de 1974, yo la vi en el cine con mi padre (aún lo recuerdo) que raramente iba al cine y que me dijo a la salida "hija, vámonos a tomar algo a un bar que ver tantas llamas da sed"...desde entonces la habré visto unas cinco veces más en la televisión y les aseguro que después de la experiencia bombera, la voy a alquilar para verla de nuevo, seguro que con otros ojos! Por cierto, el capitán de los bomberos era Steve MacQueen...volviendo a lo del tópico...



    Claro que si prefieren otra imagen más evocadora les dejo con ésta, de "La danza del fuego" de Falla, sacada del la película de Saura "El amor brujo", por si Steve MacQueen no les basta, les dejo con Antonio Gades, y feliz semana que empieza dentro de un rato.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Perder es cuestión de método

    Una vez cada cuatro años los Estados Unidos eligen presidente, y una vez cada cuatro años siento una profunda envidia de ellos, sobre todo cuando veo al candidato derrotado admitiendo que ha perdido las elecciones, felicitando al vencedor, poniéndose al servicio del nuevo presidente y terminando el discurso con el tradicional "que Dios bendiga América"; incluso admitiendo una elevada dosis de hipocresía en todo ello, sigo admirando esa capacidad para perder, reconocerlo y felicitar caballerosamente al vencedor. Sobre todo si lo comparo con lo que veo en mi madre Patria; recuerdan en el 2008 a las huestes peperas en la calle Génova, recién perdidas las elecciones gritando "Zapatero dimisión" (cómo iba a dimitir si acababa de ganar las elecciones...) y recuerdan más recientemente el año pasado al inefable Rubalcaba con aire de decir que con él no iba la cosa, declarando que "el pueblo español ha decidido depositar su confianza en otros"...bonita manera de decir sin decirlo "nos han mandado a tomar por"...el caso es no admitir claramente el hecho: hemos perdido, frase que a los políticos les produce estreñimiento. 

    Mitt Romney ha perdido las elecciones que en algún momento pensó que tenía ganadas y tardó noventa minutos en salir a la palestra para reconocerlo, y ya sólo por esa hora y media de retraso le ha llovido alguna crítica. En el patio de mi casa la gente está perdiendo sus casas, sus dientes por falta de dinero para arreglarlos, sus hospitales y sus colegios, cuentan los parados por millones y nadie no sólo admite una mínima parte de responsabilidad en ello sino que además, en esta semana, forzados por dos suicidios a promulgar una ley de urgencia contra los desahucios, nuestros prohombres se resisten a entenderse y a este paso, la ley se quedará en agua de borrajas.

   Qué fue primero el huevo o la gallina? Quién le dijo a toda esta pobre gente que podían comprarse una casa con un crédito al 3 % durante cuarenta años? el banco. Y quién le dijo al banco que diera esos créditos? la política económica de los sucesivos gobiernos desde 1996 (así los pringamos a todos) que veía en el ladrillo una oportunidad de dinero fácil. Y a quién le interesaba que los pobres (mayormente inmigrantes) se endeudaran? a todos, porque así el dinero circulaba por España en forma de crédito y no se marchaba al Ecuador o a Marruecos en forma de remesas. Y quién podía parar todo ésto y no lo hizo? el poder legislativo, que por turno ejercieron en todos esos años los dos partidos que ahora, lo quieran o no están condenados a entenderse.Y no parece que tengan muchas ganas de ello.

    Mitt Romney ha perdido las elecciones, entre otras cosas por oir los cantos de sirena de los radicales y pensar que aquello lo podía arreglar él en dos patadas. La gente no se ha fiado de él y él ha sido el primero en desearle a Obama buena suerte y prestarle su ayuda. Aquí,  muertos antes de prestarle ayuda al enemigo, por las mismas razones por las que no reconocemos un penalty en el área propia de nuestro equipo o por las mismas con las que le propinamos una patada a la máquina tragaperras del bar cuando no canta a nuestro gusto. Porque no sabemos perder, porque nos creímos en otro tiempo de bonanza que sólo podíamos ser ganadores y que perder, aunque sea al tres en raya, es una deshonra.

    Ya va siendo hora que enseñemos a perder a nuestros críos, porque los años venideros van a ser más de pérdidas que de ganancias, porque ganar a todas horas y en todos los frentes es un espejismo y porque si no se acostumbran, van a ser unos desgraciados y debe quedarles claro que lo único que no hay que perder es la vida...Cosa que algunos han perdido en las últimas semanas y ni siquiera por eso motivo los cazurros que nos gobiernan dan su brazo a torcer ni ceden medio palmo de terreno.

   El título de esta entrada no es mío sino de una novela así llamada del escritor colombiano Santiago Gamboa, excelente, léansela. Y ahora que me acuerdo... no tenía yo que hablar de Paquirrín?
   

domingo, 11 de noviembre de 2012

No era esta la semana

        Esta era la semana para hablar de Obama, pero no lo voy a hacer porque ya está todo dicho y porque basta con confesar que yo, como media humanidad, hemos dado un suspiro de alivio la madrugada del miércoles al saber que este señor, que puede haber decepcionado a muchos y no ser tan negro como prometía, pero en cualquier caso mejor que un millonario raro (palabras de mi vecina) con las canas teñidas, seguirá al mando de la primera potencia mundial y lo que es aún más tranquilizador: al mando del ejército más poderoso del planeta.



    Esta era la semana para hablar de Artur Mas, de Cataluña, de lo nerviosos que está poniendo a todos (dentro y fuera de la España plural) aunque bien pensado, todas las semanas son las semanas de Artur Mas, que sin despeinar su bien atusado tupé, le lanza torpedos a la línea de flotación del gobierno sin prisa y sin pausa. Pero me da pereza hablar de Artur Mas en particular y del nacionalismo en general, y si siguen leyendo unas cuantas líneas más abajo verán por qué.

    En un registro más frívolo era la semana para hablar de la venida al mundo de Paquirrín segundo de España, pero como Paquirrín Primero me puede, paso. 

    Iba yo a propinarles una bonita entrada sobre el otoño, que por estas latitudes está a punto de convertirse en invierno, y de unos árboles de hojas rojísimas que hay a dos manzanas de mi casa (no me pregunten de qué especie son) y que paso a visitar mañana, tarde y noche porque me parecen un milagro de la naturaleza que en pocos días y al primer soplo de viento del norte se van a quedar como el árbol del ahorcado. Ya es raro que yo le encuentre cierta poesía a todo lo que se produce a menos de 20° , pero ésto de los colores del otoño aún me sigue maravillando.

   No va a ser tampoco ésta la semana de la poesía otoñal, porque el viernes una mujer se ha suicidado en Vizcaya. Una mujer a la que todos los que leemos la prensa cada día hemos visto en portada: rubia, con grandes gafas de sol y el rostro risueño, apoyada su cabeza en el hombro del marido, disfrutando de un sol de primavera, y probablemente de una caña con pincho en la terraza de un bar. Pongan "Amaia Egaña" en sus buscadores de Google, esta foto es lo primero que sale. Una mujer sin bemoles, trabajadora, deudora de una hipoteca, casada y con un hijo, comprometida en política (fue concejal) sin pleitos con nadie pero con una deuda pendiente con la Caixa (pongamos nombre y apellido a los asesinos) que ha podido con su vida. Quizás tuviera otros problemas, quizás hubiera otras causas añadidas, pero la buena señora ha  dejado abierta la puerta de la calle para que los agentes judiciales que venían a ejecutar la orden de desahucio asistieran a su muerte en directo sin tener que llamar al timbre. Quién sabe si había otras razones, el banco le ha dado el empujoncito final para tirarse por un balcón que malditas ganas tendría ella de hacerlo. Y para recordatorio, la prensa nos deja su foto, para no olvidarla, aquel día cuando tomaba el sol en una terraza con su marido.

    Dos suicidios ya en quince días, una ley hipotecaria más vieja que la perra chica y los jueces dando la cara que los políticos, demasiado ocupados en entenderse con los banqueros, no son capaces de dar. Por cierto, para los que piensan que Europa no sirve para nada y que los eurócratas son una casta de funcionarios vagos y enriquecidos, les hago saber que hay una Directiva europea, la 93/13, gracias a la cual a  partir de ahora, muchos desahucios van a poder paralizarse si se demuestra que las hipotecas contraídas contienen clausulas abusivas (el 90 %). Quien ha sacado ésto adelante y lo ha llevado al tribunal superior de Luxemburgo no es ningún diputado nacional ni siquiera eurodiputado; es un señor marroquí llamado Mohamed Aziz y vive en Martorell (Barcelona): para que luego nos pensemos que los inmigrantes no sirven más que para delinquir...

    Hay días en los que me acuerdo de la mala leche que se me ponía cuando tenía una úlcera de estómago y ya sin úlcera tengo sensaciones parecidas. Hay semanas en las que pasan cosas en el mundo pero toca escribir de lo que pasa en el portal de al lado de casa. Hay personas que mueren porque no superan la idea de perder su casa y verse perseguidos por la justicia, y cualquier sociedad moderna y civilizada no debería  consentirlo. Hay ladrones de guante blanco y vulgares chorizos, los bancos pertenecen al segundo grupo. Quizás la próxima semana acabe hablando de Paquirrín, a ver si con ello se me pasan los negros pensamientos que hoy cruzan mi frente...

  

martes, 6 de noviembre de 2012

Viva la muerte

    Con esta bonita frase que da título a la entrada de hoy, arengaba el General Millán Astray (un loco desquiciado)  a sus tropas de legionarios en el '36, a esos que a pesar de los años que han pasado y de lo mucho que ha cambiado la Legión y sus circunstancias se siguen llamando a sí mismos "novios de la muerte". Sin palabras.

    La muerte, esa innombrable cada vez más banalizada y menos respetada, que ha pasado de ser la palabra que enmudecía las conversaciones a ser objeto de bromas, de fiestas temáticas, trasunto cinematográfico sin fin y por desgracia protagonista de nuestra realidad sin que le hagamos mucho caso. En algunas ocasiones, la muerte ya se sabe que acecha en ciertas épocas del año detrás de una curva, en un lugar remoto del Kurdistán o en forma de bomba lapa; en otras, como el pasado fin de semana en Madrid, la muerte se lleva por delante de la manera más tonta posible a cuatro jóvenes en el principio de lo que debía ser lo mejor de sus vidas. Morir aplastado bajo una muchedumbre entontecida por el alcohol de garrafa, el humo del porro y el retumbar de la música House es una muerte bastante poco poética...si es que la cosa puede tener algo de poesía en otras circusntancias.

    La muerte no es nueva, la falta de respeto con la que la tratamos sí. Ir al cementerio el 1 de noviembre puede ser una bonita tradición y hasta un instructivo paseo por lugares cargados de historia. Organizar una fiesta para celebrar los muertos vivientes aprovechando la fecha puede acabar como ya hemos visto. Comprar buñuelos, huesos de santo y Panellets (respetemos el hecho diferencial catalán, sobre todo cuando es dulce) da de comer al pequeño comercio y nos alegra el postre, pero repartir caramelos disfrazados de espantapájaros por las puertas de las casas es una mamarrachada de importación. Para decorar una calabaza hay que ser norteamericano, para pintar calaveras y cantarles rancheras hay que haber nacido en Méjico; nosotros deberíamos contentarnos con poner flores en las tumbas, y sacarles brillo a lápidas y panteones, pero como somos unos papanatas queremos hacer las mismas cosas que en las películas...y a veces pagamos con la vida.

    La muerte en muy contadas ocasiones es un alivio y en casi todas un fastidio. Todo lo que la rodea es triste y da miedo, y quien le tiene cierto respeto no la nombra en vano. Hace unos años, un sacerdote amigo me contaba que después de haber asistido a cientos de enfermos y haberles dado a muchos de ellos  la extrema unción, se preguntaba qué tendría el más allá que nadie quería probarlo y, qué tendría la vida terrena que todo el mundo se aferraba a ella. Y eso lo cuenta un sacerdote, cuando la Iglesia Católica es una de las que a mi juicio le ha encontrado un mayor consuelo al hecho de morirse...Que a mi juicio no tiene consuelo ninguno.

    No me gustan las películas de miedo porque dan miedo, precisamente; no voy a los cementerios más que a los de ciudades donde se que no conozco a nadie; odio las calaveras, los zombis y la idea de los muertos vivientes y fantasmas; las sesiones de espiritismo me ponen los pelos de punta y los videntes, curanderos y comunicadores con el más allá me merecen la misma confianza que ponerme delante de un encierro de San Fermín. Según los entendidos, todas estas aversiones mías al asunto muerte no son más que una manera de aferrarse a la vida. Quizás yo esté equivocada pero vivir se trata de eso, o no? Buenas noches.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cuarentones y cuarentonas. Modo de empleo.

    El País Semanal nos ha dedicado un extenso reportaje a los de mi quinta el domingo pasado, con cosas en las que estoy de acuerdo y otras tantas en  las que no, y con el detalle de sacar fotos de cuarentones anónimos para que cuenten sus miserias, en vez de sacar a Alejandro Sanz y Maribel Verdú, por poner dos ejemplos de cuadragenarios ilustres. Me gusta el análisis frío y un tanto cruel que hacen estos seres anónimos de nuestra realidad: "temía que llegara la presbicia y aquí la tengo", "a esta edad es más difícil contarse mentiras a una misma", "esto es el paso del Ecuador de la vida" etc. Y digo que me gusta porque cuando el Hola y afines sacan a cuarentonas estupendas en sus portadas éstas aseguran todas que se encuentran en el mejor momento de sus vidas, que adoran su cuerpo (convenientemente recauchutado) y que nunca habían disfrutado tanto como a esta edad. 

    Los cuarentones profesionales sabemos muy bien que de todo eso, nada. Para llegar a este Ecuador de la vida más o menos en buena forma y con la cabeza bien amueblada hay que haberse cortado de muchas cosas en nuestra loca juventud: no haber fumado (en su amplio sentido) haber tomado pocas copas, haber hecho mucho deporte, mucha vida al aire libre, un buen psicoanálisis a tiempo, comida sana, poca carne y mucha meditación oriental. Y mira por donde, todas estas cosas son las que empezamos a hacer casi todos una vez bien cumplidos los cuarenta y quizás después de algún susto de salud y de haberle visto las orejas al lobo. 

    Hablo por experiencia propia pero me consta que muchos de mis coetáneos andan igual que yo. Es al cumplir cuarenta cuando hemos decidido dejar de tomar café a todas horas, bajar la dosis de nicotina e incluso eliminarla, comprarnos unas zapatillas de deporte y echar a correr por las calles, practicar varias dietas sin éxito hasta llegar a la conclusión de que la única manera de no engordar es comer menos, y vestirnos de colores más alegres que nos hagan parecer más osados y juveniles; esto es lo que vulgarmente se conoce como una huida hacia adelante!

    Es a partir de los cuarenta cuando tomamos resoluciones tardías que deberíamos haber tomado diez años antes, y es a partir de esta adorable década prodigiosa cuando comenzamos a verle, insisto en la expresión, las orejas al lobo, y cada cual pone el parche que puede. Yo ya decidí hace unos años que no quería verme el pelo blanco ni dejar de ponerme vaqueros de una talla que no me hagan parecer una morcilla de Burgos; todos mis esfuerzos rejuvenecedores se van en ello, las patas de gallo, las ojeras, la presbicia y otros achaques de la edad los voy soportando como puedo. Porque los achaques existen, están ahí y te recuerdan permanentemente que envejecer es una triste gracia...que nos llega a todos y a todos nos fastidia. Y quien diga que no, miente. Y yo aquí haciendo una lista de las cuitas de los cuarentones cuando, a la que me distraiga, estaré escribiendo sobre las miserias de los ciencuentones y de paso, tendré que cambiarle el subtítulo a este blog...


jueves, 25 de octubre de 2012

Halloween

    Mi hija insiste en celebrar Halloween. A pesar de que yo también insisto en que nosotros no tenemos nada que ver con esa fiesta, a pesar de mis explicaciones sobre la tradición católica a la que pertenecemos (otra cosa es que la profesemos) y a pesar de intentar venderle la moto de las vacaciones escolares venideras, llenas de buñuelos y huesos de santo, ya se de antemano que no tengo nada que hacer. Es más, he claudicado y le he comprado un sombrero de bruja y una bolsa en forma de calabaza para llevar dentro química pura en forma de golosinas de colores que poco tienen que ver con mis idolatrados buñuelos de viento. Que nadie interprete estas líneas como un manifiesto de antiamericanismo primario, el "Otan no, bases fuera" ya lo dejé atrás junto con mis años mozos, en mi segunda juventud soy bebedora de Coca-Cola Zero y consumidora sin medida de cine USA. 

    Pero Halloween, insisto una vez más, nada tiene que ver con nosotros. Y aquí sí me sale la castellana vieja que llevo dentro, defensora a ultranza de buñuelos, crisantemos y visitas a cementerios llenos de flores en este momento del año. Y de la llegada de los puestos de castañas, que al menos en mi tierra coincide con estas fechas. Por cierto, las castañeras de rostro curtido en el campo, manos ennegrecidas y toquilla de lana han dado paso a unos castañeros jóvenes, de pendiente en la oreja y ordenador dentro del puesto...consecuencia del maldito paro, supongo. No tengo nada que objetar si la castaña está bien asada, crujiente y abierta por la mitad y convenientemente envuelta en papel de periódico para que conserve el calor. Una duda me corroe: le habrán aplicado también la subida del IVA al cucurucho de castañas?

    Volvamos a Halloween que, supongo que a ustedes , lectores inteligentes, les ha quedado claro que es la manera de vender algo entre el momento de la vuelta al cole y la llegada de Papá Noël y los Reyes Magos. Hace pocos días tuve que recorrer varias tiendas de manualidades, juguetes y plásticos varios buscando la dichosa bolsa en forma de calabaza. Me costó lo mío encontrarla porque este año, al parecer, la operación comercial Halloween se ha suprimido en muchos casos. Así me lo aclaró una amable dependienta ante mi curiosidad antropológica: -"mire usted, tal y como andan las cosas este año la gente no se gasta el dinero en esas tonterías". Bién por la gente! pensé yo. Y ante mi sorpresa añadió: "pero hemos adelantado la campaña de Navidad, y si quiere usted comprar adornos ya los estamos colocando en las estanterías"...No somos nadie.

    Bien pues, en los próximos días, los colegios de media Europa de tradición católica se van a llenar de niños disfrazados de monstruitos que atacarán a todo el que pasa (si es que son fieles a esta tradición que nos ha caído encima) pidiéndoles caramelos al grito de "truco o trato?". Quedan ustedes eximidos de responder; pero si insisten en entrar al trapo y ver de qué va la cosa, les dejo con unas instrucciones cinemátográficas, para mí la mejor escena de Halloween que nos ha djado el séptimo arte, rodada por el maestro Spielberg, quién sino!


   And Happy Halloween! En castellano no pega nada decirlo...

martes, 23 de octubre de 2012

Corte y confección

    Un poco de análisis de vocabulario para empezar, que los que tenemos escolares en casa nos pasamos el día repasando. "Recorte", según el diccionario de la Real Academia Española,  se describe como "acción y efecto de recortar". "Recortar": cortar o cercenar lo que sobra de algo"; lo releo y dice bien "cortar lo que sobra",  no lo que queda. Conclusión: ahora que, por desgracia, "recorte" se ha convertido en una palabra de uso diario en boca de políticos, mandatarios, periodistas y del común de los mortales, resulta que todos la empleamos mal.

    En el taller llamado España, el maestro de los recortes, dueño de la tijera y brazo ejecutor de su amo se llama Cristobal Montoro, ministro de Hacienda; que emplea el dichoso vocablo día sí y día no, y que a saber dónde aprendió corte y confección este hombre, porque los tijeretazos (que es como deberíamos llamar a los recortes si aplicáramos con propiedad la lengua castellana) son certeros, dañinos, muchas veces al bies y tantas veces inútiles e incomprensibles para el respetable público. No sea tímido señor Montoro, ahora que ya hemos entendido todos que se corta, o se pega un hachazo donde más duele, no se corte  (y valga la redundancia) en ir hasta el fondo del asunto. Ahora sí, por fin ya hemos entendido cuando nos dice usted (o los de antes que lo hicieron igual de mal) que ya no queda nada por recortar: esta claro! porque ya no sobra nada. Ahora sólo queda cortar  y cortar, y ni siquiera molestarse en hacer un bonito pespunte. Si quiere yo le doy algunas ideas.

    Empecemos por los funcionarios, a quienes ya les quitamos una o dos pagas extras y les bajamos el sueldo: vamos a quitarles un mes más; total tienen el trabajo garantizado de por vida, de qué se quejan! Y así, poquito a poco, tendremos detrás de esas ventanillas donde tanto tiempo perdemos una casta de empleados en el más puro estilo de la Rumanía de Ceaucescu; soplones, fieles al horario hasta la décima de segundo y resueltos a hacerles a ustedes la vida imposible porque para lo que ganan, para qué molestarse.

   Los profesores, que son carne de cañón de la crisis. Ya lo dijo nuestra Esperanza antes de jubilarse con la clarividencia que la caracteriza: que cobren menos porque trabajan menos, o que hagan cuarenta horas como todos, y luego que hagan en casa sus deberes, que esas horas no cuentan. Total, a quién le importa el destino de nuestros escolares, si nadie se preocupa en enseñarles como está mandado por agotamiento;  tampoco es tan grave, pues cuando acaben su formación no van a poder trabajar en ninguna parte.

    Vamos a pegarle una buena subida al IVA, para que se arruinen los hosteleros y los pequeños empresarios, al impuesto de sucesiones que grava un bien por el que ya se pagó a su debido tiempo y al IRPF en los tramos bajos para que a la gente se les quiten las ganas de producir nada que sea útil ni duradero. Dejaremos intactos los fondos de inversión esos que ganan pasta por pasear dinero que no existe en realidad y luego lo guardan en las Islas Cayman, pobre gente, ya tienen bastante con lo que perdieron cuando cayó Lehman Brothers. Y a ver si dejamos tranquilos a todos los directivos de las Cajas de Ahorro en quiebra, Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita...

   Ni un Euro para construir trenes, mejorar carreteras, o aumentar las líneas de autobuses urbanos. Los que no tengan coche que no salgan de casa. Y si necesitan moverse para ir a trabajar, haberlo pensado antes de comprarse un adosado en la periferia a veinte kilómetros del curro; perderán el trabajo y perderán el adosado, pero así se darán cuenta que lo de vivir como los ricos era sólo un espejismo.

    Y acabemos con la madre de todos los tijeretazos: el gasto sanitario. Ya hemos perdido la vergüenza de negarles la asistencia a los inmigrantes sin papeles, vayamos un poco más lejos y quitemos médicos de pueblos pequeños, cerremos los centros de salud y digamos alto y claro, que el que no tenga posibles, mejor que no se enferme; al fin y al cabo la madre naturaleza cuando no existía la ciencia médica ya se encargaba ella de eliminar a los más débiles.

    Y no me meto con la asistencia a los discapacitados, las ayudas a los parados que han agotado el subsidio, las familias numerosas, las víctimas de riadas e inundaciones y los afectados por alguna estafa bancaria, que seguro que ya saben ustedes como undirles aún más en la miseria. Una vez que se ha perdido el miedo a hacer lo que ya sabemos que no sirve para nada, ni va a enderezar el rumbo del barco a la deriva, se puede seguir por la misma ruta y con el barco haciendo aguas. Nuestros políticos no son expertos navegantes. Ni siquiera estuvieron muy atentos en el curso de corte y confección.

    Y yo todo lo anterior lo digo haciendo un ejercicio de cinismo puro y duro. Supongo que lo han pillado porque asumo que son ustedes inteligentes, contrariamente a los que nos gobiernan, que piensan que todos somos tontos...

   

domingo, 21 de octubre de 2012

La voluntad viaja en silla de ruedas

    Hace unos días buscaba por mi biblioteca (sin encontrarlo) un libro que leí hace años y que me dejó sin habla, se llamaba "El misterio de la voluntad perdida", del profesor José Antonio Marina (Ed. Anagrama 1997) el único filósofo al que entiendo desde Sócrates, a quien también entendí, y de ahí en adelante a ninguno. Decía J.A. Marina que la voluntad como la conocimos ya no existe y que lo que representaba en nuestra sociedad se ha sustituído por un montón de palabras que parecen lo mismo pero que no lo son, entre las cuales mi preferida es "motivación"...muy utilizada entre los hombres de empresa, los cazadores de talentos, y los gurús de sectas varias. No les resumo el libro pero les aconsejo su lectura, es altamente esclarecedor y de paso, si alguno de los que me lee es el que se ha quedado con el mío, le ruego que se manifieste y me lo devuelva, porque tengo la voluntad (valga el chiste fácil) de releerlo.

    Cierto es que la voluntad, y no digamos ya la fuerza de voluntad no son valores en alza, al límite a uno que la posee lo llaman testarudo! Y si miro a mi alrededor, me doy cuenta que entre los voluntariosos del mundo sólo quedan aquellos que tienen que luchar contra algo muy gordo: una minusvalía, por ejemplo. De ahí el título de la entrada de hoy: la voluntad, señores, en el siglo XXI viaja en silla de ruedas. Quieren ejemplos? Pongan en su buscador este nombre propio "Teresa Perales". Resulta que es nuestra deportista nacional más galardonada, que tiene 22 medallas de oro conseguidas en varias olimpiadas, que es profesora universitaria y ha sido diputada en las Cortes de Aragón, que tiene músculo para nadar y cerebro para pensar, y encima es madre de un niño de dos años; Y saben qué? Todas esas medallas y todas esas cosas las ha hecho desde una silla de ruedas. No me vengan con el rollo de "sí pero son medallas de los juegos paralímpicos": si yo me tiro a la piscina a la vez que Teresa Perales, y les advierto que soy buena nadadora, seguro que llego cincuenta metros por detrás de ella!

   Y si quieren otro ejemplo más mediático (otra palabra adorable...) les recuerdo que Stephen Hawking, ese señor que aparece torcido sobre una silla de ruedas con cara de susto y que ha ganado todos los premios ganables excepto el Nóbel (que caerá) tiene ya 70 años y que a los 21 le diagnosticaron una ELA, que no es un satélite espacial sino un horror llamado esclerosis lateral amiotrófica. Y que los sabios doctores le auguraron una muerte segura en los dos años siguientes quizás porque no contaban con el factor voluntad, que este señor la debe tener a prueba de bombas. Lo dicho, ha cumplido ya 70, ha escrito obras de divulgación científica más leídas quelos tres Milenium juntos; y le ha dado tiempo a tener tres hijos, divorciarse de su primera esposa y casarse de nuevo, entre otras muchas actividades. Un prodigio.

    Como en silla de ruedas iba Franklin Delano Roosevelt, el único presidente de EE.UU. reelegido  4 veces, que acabó primero con la terrible crisis de 1929 practicando el gasto público y haciéndole caso a un tal Keynes, que sigue teniendo razón después de tantos años, pero que ya no le hacen caso. De paso, también firmó la paz tras la Segunda Guerra Mundial, que le toco en gracia, e impulsó la creación de la ONU. Y de paso, también desde su silla de ruedas le fue infiel en innumerables ocasiones a su señora, Eleanor Roosevelt que buena pieza era y de la cual hablaremos  otro día. Ya ven, le daba tiempo a todo al hombre.

    Y por qué a los que tenemos dos piernas, dos brazos y todos nuestros sentidos intactos y operativos no nos da tiempo a nada? Por qué pensamos siempre en todo lo que no somos capaces de hacer? Por qué no nos ofrecemos voluntarios ni para poner la mano a ver si dan algo? Porque nos falta la voluntad perdida, señores. Tienen ustedes desde mañana mismo, lunes para más señas, para encontrarla. Buenas noches.

martes, 16 de octubre de 2012

Padres en patera

    Me pregunto cómo se siente un pobre emigrante subsahariano dentro de una patera que hace aguas por todas partes, sin saber nadar y en medio del oleaje del Estrecho. Me imagino su sensación de alivio cuando toca tierra, aunque no sea más que un alivio pasajero, prólogo de penalidades mayores. La patera es un vehículo endeble e ingobernable, y con todo es el único que tienen muchos desheredados para salir de su miseria después de una o varias noches de zozobra en alta mar; hay que tenerlos bien puestos para subirse a una de ellas, o mucha hambre y muy poco que perder, o todo junto. 

     No piensen que les voy a hablar de la emigración, hoy no toca, pero me parece que la patera es una buena imagen para hablar de la adolescencia, ese Estrecho de Gibraltar por el que todos hemos pasado y por suerte se nos olvidó, y que nuestros críos nos recuerdan cuando les toca a ellos atravesarlo. El problema actual es que ya no me queda muy claro quienes van montados en la patera, si los afectados por la tormenta hormonal o sus sufridos padres.

    Creo haberles dicho lo que sigue ya alguna vez en este mi espacio de quejido y preguntas existenciales, disculpen la repetición en ese caso: yo, que he hecho dos carreras, un máster, una tesis doctoral y una oposición, creo sinceramente que criar hijos y tratar de no equivocarse es mucho más difícil que recolectar toda la lista de títulos anteriores. Y que me perdonen mis padres, de quienes creo haber recibido una educación más que correcta: antes era mucho más fácil no equivocarse que ahora. Reto a cualquiera de los que educaron a mi generación a que vuelvan a intentarlo en un mundo invadido por teléfonos inteligentes, pantallas de ordenador, parejas divorciadas, familias recompuestas, padres que se creen los mejores amigos de sus hijos e hijos que tienen la llave de casa y marcan los horarios antes de que les brote el primer acné.

    No soy nadie para dar consejos, pero por lo que puedan valer, hay ciertos principios a los que me aferro en esto de la lucha contra los seres hormonales, y el primero de todos es la autoridad; pero no la de mandar y conjugar todos los verbos en imperativo, sino la "auctoritas" romana, aquella que heredamos del imperio como tantas otras cosas y que se define como "la capacidad moral para emitir una opinión cualificada sobre una decisión". Huelga decir que el senado y el pueblo romano aceptaban las decisiones de la "auctoritas" sin rechistar. Finalmente esta autoridad así entendida es la que da a la edad y la experiencia cierta supremacía sobre los impulsos de la juventud. Aunque ellos no lo saben, nuestros herederos adolescentes necesitan esa autoridad, nos sólo para no meter la pata ni sobrepasar ciertas líneas rojas que no deben cruzar, sino sobre todo para que ellos mismos puedan formarse su propia "auctoritas", algo que les será de mucha utilidad para navegar por la vida. No hay nada peor que un niño que crece rodeado  de adultos  que se comportan como niños.

   Y este  principio de autoridad requiere intervenir, actuar, pasar malas noches, dialogar y tantas veces litigar, disentir lo necesario y levantar la voz más de una vez y decir hasta aquí hemos llegado; o como decía mi padre con un refrán muy tonto pero lleno de sentido: "cuando seas padre comerás huevo". Una sociedad llena de adolescentes que no dejan de serlo no es sostenible a largo plazo.

    Hay otra posibilidad: quedarse quietos y escondidos en el fondo de la patera esperando a que la ola pase por encima y limitarse a achicar el agua: hacer de Don Tancredo, vamos. Para ello les propongo que imiten a nuestro presidente del gobierno, Tancredista por antonomasia, que permanece quieto y escondido dentro de esa enorme patera a la deriva que es España. Quizás cuando tenga hijos adolescentes (los suyos son pequeños aún) les aplique la misma técnica. Quizás el Tancredismo sea una forma de andar por la vida, yo prefiero la acción, francamente, porque ya lo he dicho muchas veces: no soy una persona Zen.

lunes, 15 de octubre de 2012

La Santa del día

    Entre otras muchas buenas costumbres los expatriados hemos perdido la de celebrar los santos, porque nos faltan aquellos calendarios con el santoral que tenían nuestras abuelas en las cocinas, porque hay que explicar a los nativos en qué consiste eso de celebrar el nombre propio y ya no digamos si una se llama María Concepción...mejor atenerse al aséptico y cronológico cumpleaños.

    Cuando esto escribo estoy de viaje, a un sitio bastante esdrújulo llamado Luxemburgo del cual no merece mucho la pena hablar,  así que me voy a centrar en la Santa del día, mañana 15 de octubre, voy a tener un día ajetreado como para ponerme a escribir sandeces y para remate es Santa Teresa, que es una santa que no deja indiferente a nadie, así que manos a la obra.

    Teresa de Cepeda y Ahumada (1515-1582) monja Carmelita Descalza, doctora de la Iglesia, sospechosa de ser descendiente de judíos y castellana de origen, como yo, es una vieja conocida mía. En mi vida anterior, pasé muchas horas de mis días y de mis noche descifrando sus escritos, total, para hacer una tesis doctoral que de poco me sirvió aparte de para saber mucho de Santa Teresa. Hacer una tesis doctoral de historia o literatura debe ser en estos días algo tan antiguo como hacerse una misma una colcha de ganchillo. Prosigamos.

   Santa Teresa era una señora bastante moderna para su tiempo, no hay más que leerse sus escritos, lo que pasa es que todos nos hemos quedado con aquello de que flipaba en su celda, levitaba y entraba en éxtasis con relativa facilidad. Ciertas teorías de los historiadores de la medicina atribuyen estos viajes a las hierbas medicinales que le aplicaban para sus dolores reumáticos, lo cual me parece una explicación bastante plausible, porque yo, salvando las distancias, si me tomo dos ibuprofenos seguidos me pongo también en la pista de despegue. Para moderna,  baste ya la idea de que su padre la mandó al convento porque se pasaba la vida leyendo novelas y frecuentando gente poco recomendable. De monja hecha y derecha,   andaba por los caminos de la muy ancha Castilla,  fundando conventos y llenándolos de monjas, lo cual es lo más feminista que se podía hacer en aquellos tiempos: las mujeres se lo pasaban bastante mejor en muchos claustros que sometidas a la dictadura de un marido que no habían buscado ni aceptado. Y para colmo, superó el ojo escrutador de la Inquisición, que le buscaba las cosquillas por aquello de que su familia era descendiente de judíos, pero que en realidad no veía con buenos ojos que una señora anduviera tan suelta: "de mí le dicen al Nuncio que soy vagabunda e inquieta"...escribió en una de sus miles de cartas que han quedado como testimonio para la historia. Cultivó la amistad de San Juan de la Cruz (otro proscrito) y entre viajes y pleitos aún le dio tiempo a legarnos una obra literaria espléndida. Y con una poesía amorosa que dejó perlas como la que siguen (sean ustedes capaces de abstraerse de que el destinatario es el Altísimo):

Si el amor que me tenéis,
Dios mío, es como el que os tengo,
Decidme: ¿en qué me detengo?
O Vos, ¿en qué os detenéis?

   Y mañana es Santa Teresa, el santo de un buen montón de mujeres que conozco y que se llaman Teresa, que son fuertes, que pelean contra la adversidad desde una silla de ruedas o que han peleado contra el destino que las llevó muy lejos de sus países a ganarse la vida y la de sus familias. Conozco Teresas de todas las edades (incluso una de noventa años en plena forma) y de varios países; todas son mujeres fuertes y llenas de voluntad; lo dará el nombre?

    Para mañana, felicidades a todas las Teresas, les dejo mi verso favorito, aunque reconozco que le hago poco caso:

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.

jueves, 11 de octubre de 2012

Comando actualidad

Les voy a hablar de un programa de televisión, mi favorito desde que desaparecieran los Alcántara de las pantallas, se llama "Comando Actualidad" y probablemente ustedes lo conozcan y quizás hasta estén un poco de acuerdo conmigo en que es periodismo del bueno. Y no sólo. Los reporteros de Comando Actualidad (hay que reconocer que con el nombrecito no estuvieron muy acertados, qué se le va a hacer) son una pandilla de jóvenes descarados, concienzudos en su búsqueda, ácidos en el comentario y por si fuera poco, respetuosos con el televidente y con su inteligencia. Ponen el dedo en la llaga, miran debajo de nuestras camas y nos sacan, como país, esas entretelas que nadie quiere reconocer pero que todos sabemos que existen. Son el equivalente actual de aquel "Vivir cada día", que tan famoso se hizo en los años '80 entrevistando putas en todos los barrios chinos de España, pero éstos con el ojo crítico más agudizado. Llevo años viéndolo y nunca han perdido la garra ni la frescura, tocan todos los temas que nos interesan y nos preocupan y ahora, con la crisis, han encontrado un filón, claro; y aún así no se repiten, todo un mérito.

    Ayer me quedé viendo dos programas (en la TVE Internacional los ponen de dos en dos) hasta la una de la madrugada, ni les cuento las ojeras con las que me he levantado; pero eran tales las verdades que cantaban y tan insultantemente verdaderas las imágenes de aeropuertos sin vuelos, estaciones de AVE sin viajeros, palacios de congresos a medio terminar y ciudades de las artes y las letras hechas ruinas antes de haberse inaugurado, que me quedé literalmente pegada ante la pantalla, la visión era sobrecogedora. Como sobrecogedor era el título del programa: "nos los podíamos permitir?"; la respuesta creo que todos ya sabemos cuál es.

   Y al filo de la medianoche comenzó el segundo episodio, que llevaba por título "un gasto extra" y mostraba niños con dientes torcidos como alcayatas que no se pueden arreglar por falta de presupuesto en casa; madres buscando desesperadas un traje de comunión prestado para que el niño comulgue vestido de almirante; parejas reconociendo que en vez de gastar 4000 euros en la comunión de la criatura, esta vez "sólo" gastarán dos mil; repartidores que no cambian los neumáticos a las furgonetas porque necesitan cuatro (claro) y sólo hay dinero para dos; y al lado de todo ésto un centro comercial madrileño con público a rebosar en las tiendas de ropa, haciendo cola para pagar y los vendedores de coches de lujo diciendo que en la vida se habían visto tantos Porsche circulando por las carreteras hispanas. Llamenlo ustedes como quieran, yo a ésto lo califico de sinsentido y eso, buscando un calificativo amable.

    Ya saben que lo mío es el cine, y de repente, y a esas altas horas de la madrugada en la que me acosté, me vino a la memoria el documental de Buñuel sobre las Hurdes, donde  llamaba la atención  la cantidad de gente desdentada que el genio aragonés sacó en las pantallas de ese "Las Hurdes, tierra sin pan" que en 1933 era lo más parecido a un Comando Actualidad que se podía hacer; y que si lo vuelven a filmar en el 2020 volverán a encontrar un país con gente sin dientes, visto lo visto. O ese otro monumento que fue "El pisito"  de Marco Ferreri (1959) donde dos novios llevan doce años esperando para casarse por falta de vivienda y a él se le ocurre casarse con su casera, que mira por donde resiste viva más de la cuenta. A aquello lo llamaron Neorrealismo, que debe ser lo que yo veo y las historias que me cuentan cuando voy a España todas mis fuentes literarias, que son las panaderas, porteros y vendedores de los mercados, casi todas sobre comuniones con listas de boda, gente empeñada hasta el ADN para celebrar la boda de un hijo y listas de morosos más largas que el rollo del papel higiénico. La campaña de la Cruz Roja de este año ya no pide para el tercer mundo, porque el tercer mundo lo tenemos en el portal de casa, no hay que ir tan lejos.

    No voy a echarles otra vez el rollo del ahorro, para eso les remito a mi propia entrada de hace unos días ("Ahorro con "h" intercalada, 4 de octubre) tampoco quiero volverme alemana y atacar de nuevo con eso de la fiesta permanente, de que todos éramos nuevos ricos y así nos va, etc. etc.  Si no fuera porque creo firmemente  que un hombre vale un voto y en que todos somos iguales sin distinción de sexo, credo ni color, ganas me darían de promulgar una dictadura donde el buen juicio se estudiara en las escuelas y la cordura se impusiera por decreto ley; donde fuera imposible tener delirios de grandeza so pena de calabozo y donde el dictador tuviera plenos poderes para echar una buena regañina en la plaza pública  a todos los que perdieran el seso y gastaran lo que no tuvieran. Pero no puede ser, vivimos en una democracia llena  de  buena gente que ya ni sabe de dónde rascar para llegar a fin de mes. Y si la gente es buena, por qué hemos elegido a los peores para que tomen las decisiones fundamentales? La frase no es mía sino de Elvira Lindo en su columna del País de hace dos domingos, al César lo que es del César. Buenas noches.

domingo, 7 de octubre de 2012

Las anormales vidas normales

    En los últimos días, un par de visitas a las consultas de los médicos, y mi sesión mensual de peluterapia, me han permitido ponerme al día de la actualidad de la prensa rosa. Sigo con preocupación el estado de salud de Cayetana, que no ha podido este otoño subirse a un camello o arrancarse por soleares como a ella le gusta, pobre! De los demás personajillos que pueblan sus páginas poco o nada se me ha quedado grabado, la gente que otrora daba cualquier cosa por ser glamourosa ahora se empeña concienzudamente en parecer normal y pregonarlo sin descanso.

    Veo un reportaje de cuatro páginas en el "Elle" de agosto (versión inglesa) sobre David Beckham donde aparte de contemplar su cuerpazo garabateado (me temo que cualquier día su señora  pensará al agarrarlo del brazo que ha cogido un rollo de papel pintado por equivocación) sólo leo en la entrevista sus denostados esfuerzos por hacer ver que es una persona normal: se levanta cada mañana a las siete y prepara el desayuno de sus tres muchachos, se come apresuradamente  los restos que le dejan y los lleva al colegio en su coche, después se va a entrenar; por las noches ve películas en su DVD y encarga comida china a domicilio.

    Continuo con la prensa francesa donde el heredero de la corona belga insiste en que los fines de semana él, su mujer y su numerosa prole se quedan sólos en palacio, bajan la calefacción para no gastar más de la cuenta y de vez en cuando comen en un MacDonald.

    Turno de Cristiano Ronaldo en la prensa española, que afirma que de lo único que come sin medida en la vida es la "caldeirada de peixe" que le hace su madre y que el dinero no le interesa; se lo cree alguien? Un tipo que se peina para salir al campo de juego y que lleva en las orejas dos brillantes más gordos que los de Liz Taylor en sus buenos tiempos no puede ser feliz pasando desapercibido, lo siento.

    Pues miren ustedes, entre tanto deseo de normalidad, yo les confieso que nunca he querido tener una vida normal, siempre soñé con tener una excepcional y eso,  ya desde pequeñita, cuando en las aburridas tardes de verano donde nos obligaban a dormir la siesta yo jugaba a hacerme entrevistas a mí misma para pasar el rato. Si he terminado por vivir a casi  2000 kilómetros de mi lugar de origen es precisamente porque quería tener una vida diferente y anormal. En los últimos 23 años he vivido en cuatro países diferentes y lo he conseguido en buena medida. Por suerte, tengo un trabajo que me permite conocer gente excepcional (para lo bueno y para lo malo) e incluso haber sido testigo de algún que otro momento histórico, tengo suerte, lo renozco, pero también he hecho todo lo posible porque así fuera. Tengo amigos de todos los colores, clases, religiones y orientación sexual y muchos de ellos luchan como yo por tener una vida extraordinaria.

    A todos éstos que pregonan la normalidad ya me gustaría verlos haciéndole frente a esas situaciones normales que nos pudren la vida. Ejemplos? hacer cola en el supermercado, buscar una niñera a domicilio cuando los niños se enferman, encontrar un fontanero de urgencia cuando se atasca el inodoro o llevar el coche a pasar la ITV. Y ésto es sólo un breve muestrario de todos los horrores de la vida normal que esta gente, pongo la mano en el fuego, jamás ha afrontado, ni ganas que tiene. Nuestros príncipes herederos presumen mucho de ir al cine como cualquier otro ciudadano y de pasar por taquilla para pagar la entrada, pero me juego el cuello a que no tienen que pagar por horas a la canguro que se encarga de las infantitas y no  llegan tarde por no encontrar donde aparcar...Me equivoco? Ya pueden insistir ellos en hacer una vida normal, ya...

    A este paso, saldrán en la prensa rosa personas excepcionales como mi asistenta (les aseguro que lo es) o mi pescadera de mi pueblo de vacaciones (y ésta ni les cuento)  mientras los Beckham, la Realeza y la farándula  siguen pretendiendo vivir de forma normal y anodina. Vivir para ver!