jueves, 31 de mayo de 2012

El gobierno de Don Tancredo

    En casi todas las familias numerosas de antaño había una prima fea e incasable pero simpática, otra espectacularmente bella e insoportable y casi siempre una tercera que salía por peteneras y se fugaba con un cantante de medio pelo a algún país sudamericano. Ahora nos pasamos el día hablando de "la prima" y me temo que ésta no corresponde a ninguno de los tres ejemplos que acabo de citar. 

   La prima de moda, es una que nos visita todos los días a la hora de las comidas, o de los telediarios, como ustedes prefieran; y no se va, ni se aparta de nuestras conversaciones, y aparentemente nos amarga la existencia con sus vaivenes. Esta prima que los sabios economistas llaman "diferencial" es un concepto enrevesado y poco claro como lo son todos los económicos, pero traspuesto a un ejemplo de la vida cotidiana seguro que todo el mundo acaba por entenderlo:  no es más que la diferencia que hay en la estima de "la seño" entre el alumno empollón insoportable que da consejos sin que se los pidan  y la oveja negra de la clase, que es guapo, alto y ligón exitoso, que copia en los exámenes y que ya sabemos todos que acabará mal. En el caso que nos ocupa, "la seño" son unos entes indescriptibles que atienden por "los mercados" y que son los que gobiernan de verdad y encima ni siquiera se tienen que molestar en presentarse a las elecciones. La empollona de la clase aquí la tienen, por si no se la imaginan:



 
    Ya ven que incluso a las empollonas se las puede pillar en un arrenuncio...bonita la postura, Angelita! Y los crápulas pues ya saben ustedes quienes somos, para qué abundar en ello.

    Ahora bien, nosotros, como país crápula tenemos además un enorme mérito: estamos gobernados por Don Tancredo (inmediatamente por debajo de los mercados claro, faltaría más) que era ese señor que a principios del siglo XX se colocaba inmóvil  y subido en un pedestal ante la puerta de chiqueros de las plazas de toros y levantaba ovaciones entre el público cuanto más quieto se quedaba y más cerca le pasaba el toro. Aquí el toro más cerca ya no nos puede pasar y Don Tancredo Rajoy no dice ni "mu", que en este ejemplo que pongo vendría muy bien como monosílabo de respuesta. Manda a sus esbirros ministros a bandearse con la prensa, la Comisión Europea, y con quien haga falta; a Soraya la monja alférez a que se entreviste con Madame Lagarde que es muy suya y encima francesa,  a Cristóbal Tijeras a que nos vaya soltando las malas nuevas y lo que nos van a costar, y mientras tanto él quieto y esperando en su peana.

   Por el bien de los cuarenta y siete millones de españoles y sobre todo de los más de cinco millones de parados, espero que Don Tancredo no se equivoque y su estrategia sea la buena, pero esta gente sin trabajo y sin horizonte se merecen algo más que un señor subido en un taburete esperando a un toro que le pasa rozando  y que, probablemente, acabará llevándoselo por delante. 

lunes, 28 de mayo de 2012

Padre, perdónala porque no sabe lo que hace...

    Ya está, voy a salir del armario: me he comprado un iPad y desde hace cuarenta y ocho horas que lo tengo vivo hipnotizada por él. Siento que he dejado de ser una marginada tecnológica y al mismo tiempo que tengo que presentar mis excusas al respetable público que (para mi sorpresa) me sigue leyendo: se acuerdan de todo aquello que escribí en mi entrada del 21 de mayo sobre la necesidad de desenchufarse,  no depender de la tecnología, etc.? Bien pues, ahora voy yo y me compro un aparatejo que se conecta casi con darle una palmadita y que me tiene fascinada. Hay que tener pocos principios y sólidos para que nos cueste menos quebrantarlos...para que vean ustedes que la carne es débil y la mía como la de cualquier hijo de vecino. 

    Esto de la tableta es una cosa digna de ser perseguida por la Inquisición, tal es el nivel de fascinación y creencia mágica al que te lleva. Y ya que entramos en el símil religioso, me doy cuenta que es perfectamente aplicable al invento. Veamos.

    Para empezar, uno se compra un iPad, por mucho que se esfuerce la competencia en decirnos que tabletas las hay muchas y variadas; "la tableta" es la de chocolate o la de Mac, se siente por las otras. El beato Steven Jobs (si fuera católico habría sido santo a la misma velocidad que Wojtlyla, que no lo es pero poco le falta) sabía lo que fabricaba. Rezo a este hombre lo que no le rezo a los santos porque llegó a la conclusión de que a la gente no hay que venderle artilugios que no necesiten un mes de aprendizaje para usarlos; ya ven ustedes como las grandes ideas que han movido a nuestra civilización siempre han sido simplezas que no se le habían ocurrido a nadie anteriormente. 

Así que como varios amigos mios tan torpes y tecnoestresados como yo me aseguraron que el iPad se compra y se usa, sin tener que estrujarte las neuronas durante dos días para manejarlo, allá que fui yo a la tienda en una tarde  de sábado,  con 27° a la sombra (fenómeno excepcional en estas latitudes) a comprármelo, así estaba segura de no tener tumultos en la tienda y poder someter al vendedor al tercer grado. Los vendedores me hicieron la ola, una migaja de descuento y ante mis múltiples preguntas insistieron en que me lo llevara a casa y lo pusiera a funcionar: "no hay nada que explicar, señora". Lo dicho: un milagro, que además y no como otros milagros, es verificable directamente y no te amenazan de excomunión si es falso .

    Claro que el invento tiene sus defectos, como los tenemos todos. Por ejemplo: no se deja. No se le puede meter todo lo que uno quiere sino sólo lo que se compra o se descarga a traves de las "i-tiendas";  no deja de ser como lo de las bulas papales y por poner un ejemplo más moderno como el Camino de Santiago: solo firman que lo has hecho si pasas por la oficina de la Catedral, y te han sellado el papelito los puestos oficiales por el camino. Este cacharro es como una monja de clausura que hace voto de castidad, porque por no tener no tiene ni agujeros por donde meterle el enchufe de una cámara, una llave USB, un micro o cualquier cosa que tenga punta y transmita  datos: con ello el sistema garantiza su pureza. Ingenioso que era el beato Steven.

   Ahora bien, parece ser que hay una posibilidad de meterle algo a la tableta y es sacando los datos de la famosa nube,  lo cual me reafirma en mi creencia que la Iglesia Mac alguna que otra idea le ha copiado a la Iglesia Católica: la tableta sólo copula con el Altísmo (aquí llamado iCloud) se acuerdan del Espíritu Santo y aquello de hágase en mí, etc.? La historia se repite.

    Bien, pues asumiendo que me he comprado un cacharro poseído por una secta de fanáticos que no pueden vivir sin "El" , espero no volverme demasiado idiota con ello en las manos, y si así fuere, y ustedes me notan algo extraño, les ruego que me lo hagan saber, porque esto de las tabletas es como las armas: las carga el diablo!

jueves, 24 de mayo de 2012

Cinco minutos con Mario

    Cinco minutos, más o menos tardarán ustedes en leerme y quizás algunos más en leer el artículo de Mario (Vargas Llosa) publicado por "El País" el pasado domingo, que me tiene un tanto revuelta y apesadumbrada. Y eso que en el Olimpo de mis dioses literarios, Mario forma parte de la Santísima Trinidad junto a García Márquez y Quevedo.

    Conocí a Mario antes de ser mayor de edad, cuando mi padre me regaló "la ciudad y los perros", un libro duro, y escrito con las tripas, que después he releído varias veces con el mismo placer que la primera vez; y de ahí en adelante no he faltado a ninguna de sus citas, porque soy lectora fiel y devota admiradora del escritor y no tanto del hombre público, del cual discrepo en muchas cosas excepto en su ataque a todas las dictaduras sean del signo que sean. 

    Mario siempre se ha sentido llamado a empresas mayores que la literatura, oficio que su inmenso talento le permite ejercer de forma intermitente y como aquel que se toma un café. Cometió el error reconocido por él mismo de querer ser presidente de su país y de aquella experiencia (fantásticamente relatada en sus memorias) salió como el gallo de Morón: sin plumas y cacareando. Y  quizás entonces dedujo que sin mandar en ningún sitio en particular, pero estando en todas partes en general,  conseguiría ser más influyente que presidiendo el Perú de los años 90. Mario se ha convertido en una suerte de gurú del orden internacional, los mejores diarios le ofrecen sus páginas y todas las universidades y foros le abren sus puertas y sus micrófonos. Y como el hombre se está haciendo mayor, le han ungido con los santos óleos del Nobel y sigue vendiendo libros como churros, se cree capaz de decir lo que le da la gana (para ello es un paladín del liberalismo) y de opinar miserablemente de intelectuales, políticos y pensadores muy notables pero que se alejan de su ideario. 

    Mario sigue siendo un magnífico escritor y comienza a ser un viejo cascarrabias en sus afirmaciones desde la tribuna pública; quién sabe si porque verdaderamente tiene dotes visionarias o porque a estas alturas de su vida y premiado con todo lo premiable ha hecho hablar demasiado a sus personajes y ahora hace hablar a ese personaje en el que él mismo se está convirtiendo. El pasado domingo titulaba su articulo "las ficciones malignas": busquenlo en la hemeroteca virtual de "El País", está escrito por una pluma divina pero por un ser humano resentido. 

    Nuestro Mario proclama la crisis que nos golpea como una de esas "ficciones malignas" irreales y esquizoides creadas por el imaginario popular, François Hollande ha ganado las elecciones y es presidente porque en Francia "la estupidez es contagiosa". Paul Krugman (ese economista iluminado y a quién nadie hace caso a pesar de que hasta ahora no se ha equivocado en ninguna de sus predicciones) "dice tonterías" y del retrato despiadado sólo se libra la Madre abadesa Merkel, sin señalar que ésta en realidad se limita a vivir de las rentas que le dejó su predecesor en el cargo, que perdió las elecciones precisamente  por preveer la que se avecinaba. 

    No sigo, admiro demasiado a Mario, y me basta con haberle dedicado estos cinco minutos de reproches,  para poder seguir disfrutando de muchas horas de literatura a cambio...

martes, 22 de mayo de 2012

Yo también estoy indignada


Sin pretender emular a Fray Luis de León, decíamos ayer que he pasado una semana desenchufada de todo lo que necesita un login y una contraseña, pero enchufadísima a la realidad, y todo ello gracias a pasar mis vacaciones en una ciudad pequeña y peatonal, que me ha permitido volver a escuchar a los indignados que se agrupaban y acampaban para conmemorar el primer aniversario del 15-M. Es más, como la acampada estaba a diez metros de mi casa del pueblo (recuerden, aquella que no es casa ni está en un pueblo) no tenía más que asomarme al balcón para escuchar lo mucho y bastante razonable que sigue saliendo del discurso de estos chicos.  No dicen tonterías los indignados, pero tienen un problema de comunicación, que con el tiempo que pasa y la indignación generalizada y creciente del resto de los españoles no hace más que agravarse. Es más, yo diría que tienen tres problemas: la falta de propuestas resolutivas, la falta de fe en la democracia y la falta de jabón, y las tres son argumentables.

    Desde mi balcón oía hace diez días muchas quejas que yo misma puedo suscribir y una en especial: la falta de horizontes que le estamos dando a los jóvenes y lo poco que parece que nos importa. Uno de cada dos menores de 25 años con la gracia de vivir en España no tiene trabajo ni lo va a tener en un plazo indeterminado y nadie parece dar con la tecla para remediarlo. Lamentablemente, ellos tampoco encuentran la solucción, y lo que proponen o es demasiado utópico o se limita a echar las culpas sobre los demás; y ya se sabe que a la gente no hay que hablarle de problemas (que para eso ya tiene cada uno los suyos) para que te escuchen hay que hablar de solucciones.

    Estos indignados salieron a la calle hace un año al grito de "democracia real, ya", lema que posteriormente dio lugar a una plataforma ciudadana. A pesar de tener una consigna tan contundente, cuando escucho a los indignados y sus propuestas políticas veo que se respira muy poca fe en la democracia, que ya nos dijo Churchill hace más de medio siglo que era "el menos malo de los sistemas de gobierno" a falta de que se invente otro donde un hombre signifique un voto. Estos chicos reniegan muchas veces de la democracia sin darse cuenta que su voto es la única arma que poseen para precisamente cambiar las reglas del juego. Si  nuestra democracia es imperfecta (que lo es) la única manera de perfeccionarla es votando, y sobre todo no votando a los que les apaña tanto la imperfección del sistema.

    Y llegamos al problema con el jabón. Dicen que en las acampadas de indignados hay de todo, pero en la de al lado de mi casa sólo había jovenzuelos con la cara llena de tachuelas (muy respetable) barba de varios días (también respetable) pelo graso y camisa sin lavar desde hace varios días más: ésto ya no tan respetable. A riesgo de que me llamen carca (vive Dios que no lo soy) y asumiendo que para ser indignado no hay que llevar chaqueta y corbata, me juego la mano derecha a que si en las acampadas no oliera mal, no hubiera tanta basura por las esquinas, no se vieran calzoncillos tirados sobre las colchonetas y no oliera a sudor (entre otros efluvios) muchas más personas se acercarían a las plazas de los acampados y les prestarían la atención que se merecen. Nuestras abuelas nos insistían mucho en que de casa habia que salir lavado y peinado, por algo sería!

    Y por si les sirve de aclaración, al tono quizás un tanto conservador del párrafo anterior, les diré que yo también estoy indignada, porque mi quiosquera va a tener que cerrar el puesto, porque los bares ya no van a poder dar la tapa gratis como hasta ahora, porque para comprar un destornillador hace falta irse al extrarradio, porque el banco me trata como a un pelele y luego con mi dinero hace lo que le da la gana y lo hace mal, porque a los emigrantes que pasean a nuestros abuelos con Alzheimer los quieren echar de nuestra tierra y mientras tanto les niegan hasta las aspirinas, y porque me da miedo que venga un loco extremista y salvapatrias y convenza a muchos de que le voten. Y a pesar de todo, me ducho cada mañana, me peino, me cambio a diario de ropa y trato a la gente de Usted, por si lo que cuento sirve de algo...y alguien quiere acercarse a oirme!

lunes, 21 de mayo de 2012

Hay que desenchufarse...

    Como suena. Y no como dicen los cursis y redichos que se van de vacaciones para "desconectar" y se pasan el día conectados al iPad, iPhone, iloquesea,  mandando mensajes desde todos los bares y parajes que frecuentan y haciéndole fotos a todo el que pasa; no hay que desconectar, hay que desenchufar, que es lo que he hecho yo la semana pasada, y de lo cual ahora estoy pagando las consecuencias. Me explico. 

   De vez en cuando servidora se va de vacaciones, y aprovecha cualquier oportunidad para, como los buenos emigrantes, volver a su casa del pueblo. En mi caso con una pequeña variante: no es una casa, no está en un pueblo, y no es mía sino del banco al cual se la voy pagando religiosamente cada mes; pero de ilusión también se vive. Y en mi casa del pueblo no hay Wifi, y yo no tengo iPad, y como me da pereza encerrarme en  un locutorio, cada vez que voy para allá estoy varios días perdida del mundanal ruido y no saben lo bien que me sienta! Tal es así que he decidido seguir con esta política por mucho tiempo, porque he descubierto los beneficios terapéuticos de pasarme varios días sin ver mi correo (sobre todo el del trabajo) sin mirar mi Facebook y, al límite sin escribir en mi blog, que se supone que me gusta mucho. Lo asombroso y lo mágico de hacer huelga de estar "on line" es que no pasa  absolutamente nada! Y de paso nos damos cuenta que, en el fondo, somos menos que una gota en el océano y que nuestros seres queridos virtuales prescinden de nosotros tan ricamente y siempren encuentran a otro a quién contarle sus miserias. Luego uno vuelve al redil y se pone al día en cinco minutos. 

    Mientras tanto, yo en mi casa del pueblo que no es tal, manchándome de nuevo las manos con el periódico de papel (que le compro a mi amiga la quiosquera para que no cierre el puesto) paseando por las calles empedradas de ese pueblo que no es pueblo sino ciudad monumental y que en primavera está preciosa; tomando cañas en todos los bares posibles y a todas las horas imaginables para que no quiebren los bares, y comprando en droguerías y ferreterías cuantas chorradas veo para que no acaben por cerrar las susodichas como ya ocurrió con la mayoría del pequeño comercio del centro cuando llegó hace unos años el Corte Inglés arrasando. Ya se que no voy a levantar yo sóla el PIB de mi pueblo que no es pueblo, pero nada se pierde por intentarlo. 

   Y mira que cuesta desenchufarse porque, a pesar de todo, me he enterado de las subidas de la dichosa prima y de los sinsabores que con ella pasa el gobierno, que cada viernes le mete un tajo al bolsillo de los pobres ciudadanos para darse cuenta el lunes que no ha servido para nada; de la muerte del patriarca Urdangarín y de la cara de pena de su hijo (a perro flaco todo son pulgas) y del lío de Bankia del que no se si me he enterado bien o si me parece tan fuerte que mejor hago como que no me he enterado. Y todo eso sin un maldito cacharro conectado a Internet entre mis manos...

    Los sinsabores comienzan a la vuelta cuando, por haberse desenchufado, a una la castigan los apóstoles de Bill Gates y se encuentra el correo del trabajo rebosante de avisos, el correo personal preguntando a todas horas que dónde me he metido, el buzón de voz del móvil con avisos variopintos que se traducirán esta semana en recados y quehaceres varios y mi cuenta de Facebook  con comentarios entre sutiles y no tanto de "si ésto del blog sigue o qué" y delicias de este tipo. Lo malo de irse de vacaciones es volver y lo malo de desenchufarse es que hay que enchufarse de nuevo, a la fuerza ahorcan. 

    Pue sí señores, ésto del blog sigue, pero como yo soy pariente lejana de Pedro Picapiedra y en las vacaciones no me da la gana conectarme, pues eso, aguantarse tocan y de paso, no probarían algunos de ustedes a desenchufarse un poquito de vez en cuando? Miren que es mano de santo...

    

jueves, 10 de mayo de 2012

Arsénico por compasión



    "Arsénico por compasión" era  una entretenidísima película de Frank Capra, que ya en 1944 se planteaba en clave de humor el espinoso tema de la eutanasia. Es cine del mejor que Hollywood hizo en aquellos años, con un Cary Grant esplendoroso. Yo la he visto al menos media docena de veces, y encuentro irresistible la historia de las dos tiernas ancianitas que se dedican a administrar veneno a sus vecinos dolientes y solitarios para acabar con su sufrimiento y el descubrimiento que el asombrado Mortimer (Cary Grant) hace de la doble vida de sus titas.  Si quisiera ponerme sería aprovecharía la oportunidad y la película para hablar de la eutanasia pero como no quiero, les voy a hablar de cómo es posible recortar también las pensiones sin que se note demasiado.

    Ultimamente España está gobernada por un gremio de sastres que aplican la tijera allá donde encuentran un trozo de tela sobrante e incluso donde no sobra; y  "recorte", para nuestra desgracia,  se ha convertido en la palabra de moda. El patrón de esta academia de corte y confección en la que se ha convertido este gobierno, verbigracia, Don Mariano Rajoy afirmó, apenas coronado, que todo era susceptible de ser recortado excepto las pensiones. Que Don Mariano tenga un pacto de sangre con el vivero de sus votantes que son gentes de cierta edad (al menos ellos sí votan) no lo dudo. Pero la cruda realidad es que el presidente de los sastres y su modistilla Montoro no tienen que recortar las pensiones porque una sagrada institución llamada INSERSO ya se aplica desde hace años en recortar ancianos gracias a un invento llamado "vacaciones para la Tercera Edad".

    Nunca se han parado a pensar cuál es el objetivo de llevar a un autocar de mayores a visitar seis ciudades en cinco noches con pensión completa, bingo y baile después de la cena? Yo me temo que es una bonita manera de poner en marcha una solucción final en versión turista. 

    Las vacaciones de la Tercera Edad en versión INSERSO son una conquista social sin duda. Nuestros mayores se recorren la geografía peninsular y los archipiélagos por dos duros (que dirían ellos) y el recorrido comprende todo tipo de emociones fuertes, a saber: ciudades monumentales llenas de cuestas empinadas y torreones de doscientos peldaños que subir; playas sin sombrilla con 35° a la sombra; pensión completa que incluye desayuno con huevos fritos y morcilla y todo tipo de menús ricos en colesterol y ácido úrico; copas varias después de cenar, baile hasta bien entrada la madrugada, tramos de 500 kilómetros en autocar (ideales para varices y flebitis) y posibilidad de ligue y alterne. 

    Cuando el viaje termina, los sufridos aunque marchosos ancianos necesitan dos semanas para reponerse los que lo consiguen, y los que no, comienzan una cuesta abajo que termina con ellos: aquí es donde el INSERSO ha conseguido su objetivo, algo que quizás no lograron ni la gota ni la hipertensión. Con este método no hace falta congelar las pensiones; las bajas que provocan los viajes compensan sobradamente las subidas del IPC. 

    Y existe incluso una variante aún mejor: sufrida abuela de Burgos conoce en un hotel de Torrevieja-Alicante al amor de su vida en forma de abuelo residente en Albacete y...el conflicto está servido. El romance provoca daños colaterales en Burgos (sobre todo) y no menos en Albacete. En Burgos hay que buscarse una señora que se ocupe de los nietos y en Albacete hay que reformar la casa porque viene una señora nueva a vivir. Y todo eso sin meternos en el capítulo testamentario...

   Ven Ustedes? el INSERSO es un agitador social que bien empleado le presta utilísimos servicios a la Madre Patria; los sastres del reino lo saben, y por eso aún no le han recortado ni medio centímetro del dobladillo!

miércoles, 9 de mayo de 2012

Y a éstos quién va a pararlos?



   La escena se desarrolla en Berlín, año 1939, y pertenece a la película "Cabaret". Les pongo en situación, el conde alemán le dice al periodista americano que los nazis son pocos y que pueden controlarlos; cuando termina la canción, visto el fervor patriótico que se ha provocado por un himno que dice "el mañana me pertenece", el escéptico periodista americano le dice al conde: "y aún piensan ustedes que pueden controlarlos? ". Fin de cita. Lo que viene después ya lo saben, el ascenso al poder de Hitler y los Nazis, una guerra mundial (la segunda en menos de medio siglo) millones de muertos, de ellos, al menos seis millones de judíos víctimas de los campos de exterminio Nazi y Europa arrasada y empobrecida por varios años. 

    Lo que pasó antes se lo resumo yo, gentileza de la casa para quienes no tienen la memoria fresca: Alemania era un país arrasado tras la Primera Guerra Mundial. Las potencias vencedoras impusieron con el Tratado de Versailles unas duras indemnizaciones de guerra que Alemania pagaba gracias al dinero que las propias naciones vencedoras le prestaban: les suena? La economía no remontaba porque estos préstamos produjeron una tal hiperinflación del marco alemán que llegó un momento en el que no valía nada y hubo que crear una nueva moneda (vaya, vaya...). A ésto se sumó la gran depresión mundial de 1929: USA ya no podía seguir prestando a Alemania y la situación se deterioraba cada vez más, no sólo económica, sino sobre todo políticamente. En este contexto surge el Partido Nazi que entra en 1930 en el parlamento: "una panda de locos, podremos sujetarlos" decían en la película, ambientada en 1939... En 1931 Alemania tenía cinco millones de parados (les dice algo esta cifra?)  y en 1933, Hitler es nombrado Canciller por el Mariscal Hindenburg; todo ello tras haberse presentado limpia y democráticamente a unas elecciones. Su partido era minoritario entonces en la coalición  de gobierno, Hindenburg pensó que hacerle canciller era una manera de tenerlo controlado, a él y por extensión al Nazismo...Y ya ven ustedes la que se preparó. 

    Demos un salto en el espacio hasta el año 2008. Comienza una época de crisis  financiera mundial en la que todavía vivimos. En el 2010 Grecia se ve obligada a pedir ayuda a Europa ante la imposibilidad de seguir haciendo frente a los costes de la deuda pública. Se han falseado las cuentas, cae el gobierno, se elige a uno nuevo que también cae, y hay que terminar echando mano de una panda de tecnócratas para que, en medio del caos, se hagan cargo del país. La primera ayuda no es suficiente y hay que acudir al rescate de nuevo en el 2012 con otro montón de millones, porque el Euro, la moneda de los griegos (y de otros cuantos millones de europeos) no admite devaluaciones. El pueblo griego no levanta cabeza porque entre los recortes aplicados a su economía y la recesión europea generalizada no hay manera. La nueva Canciller alemana tiene bien cerrado y apretado contra su pecho el monedero porque quizás se acuerda (o más bien le han contado en su casa) lo de la hiperinflación de entreguerras y no le hace ninguna gracia prestar sin garantías.  En Mayo de 2012 hay elecciones de nuevo y entran en el parlamento una nueva hornada de partidos, entre ellos uno llamado "Aurora Dorada", que cuenta con 21 diputados, se confiesan Nazis sin ningún pudor y a saber si no tendrán ellos la llave de un futuro gobierno...Por qué una historia se parece tanto a la otra? 

    Nos salvará el que los griegos no son alemanes, y que en su proverbial desorganización quizás al orden Nazi le cueste el doble de trabajo abrirse paso en su país. Pero no se vayan a dormir tan campantes: en Francia Marine Le Pen ha sido la tercera candidata más votada en las elecciones presidenciales, en Holanda el partido de extrema derecha (abiertamente racista y xenófobo) ha hecho caer el gobierno, el "Mein Kampf" de Hitler (esa obra maestra) ya se puede imprimir y vender legalmente en Alemania y un noruego es juzgado estos días en Noruega por haberse cargado él solito a 77 personas en nombre de la pureza de la población nórdica y rubia y contra la "islamización" de Europa. Vayanse tranquilos a dormir si quieren, yo no puedo, tengo dos hijos pequeños, y semejante panorama me pone la carne de gallina.

lunes, 7 de mayo de 2012

A bailar!

    Por razones que ustedes supondrán (infantiles) me he pasado buena parte del fin de semana entre las bambalinas de un teatro peinando moños, maquillando rostros de niños, quitando y poniendo mallas y haciendo fotos, y créanme que la experiencia ha sido fascinante, sobre todo para una como yo: negada para la peluquería y el maquillaje y sobre todo, negada para el baile. 

   No he visto aún "Cisne negro", pero como mi eterna referencia es el cine, me doy cuenta que sin gustarme el baile, guardo miles de maravillosos recuerdos que tienen que ver con la danza. Empezando por los cientos de comedias musicales que vi en las tardes de sábado de mi infancia, cuando pensaba que Ginger y Fred eran matrimonio:


    

    Para seguir, ya en mis años maduros con el descubrimiento de Liza Minnelli y "Cabaret". Cojan el número musical que quieran, porque  todos son especiales, aunque mi favorito es éste:



   Vaya piernas las de Liza...que ahora está la pobre en una silla de ruedas...Y para descubrimiento el de Maurice Béjart, y su número del Bolero de Ravel, filmado y pasado mil veces por los teatros y televisiones:


    Incluso hubo un momento de mi vida en el que llegué a pensar que bailar era fácil...ingenua de mí! si hay un don que no tengo, no he tenido y jamás tendré es el del baile; si no he bailado casi ni el día de mi boda! Y una vez más es el cine, en la persona de Nani Moretti, cuando cuenta en "Caro Diario" su frustración de no ser un buen bailarín, quién mejor recoge mis sentimientos:



    Por eso la fascinación que este fin de semana he sentido ante esos chicos y chicas que desde los cuatro hasta los veinte años se preparan, se maquillan, hacen cien pasos de ensayo por los corredores, se doblan como alcayatas, se machacan los pies y se comen las uñas antes de entrar en escena, por donde pasan no más de cinco minutos para recibir el aplauso de amigos y parientes. Y entre número y número, aguantan  las horas muertas en silencio entre cortinajes y tramoyas esperando que llegue su turno de nuevo: no está nada mal como ejercicio de disciplina para esta infancia que después se convertirá en adolescencia petarda si no le aplicamos el remedio a tiempo. 

   Y si pusiéramos a hacer un poco de ballet a todos esos que los fines de semana rompen papeleras en los parques, pisotean las flores, arrastran sus barrigas cerveceras del ordenador a la Play Station y viceversa,  e inundan de latas y botellas las aceras? Mal no les vendría, no...

martes, 1 de mayo de 2012

La experiencia, y la madre de la ciencia

    Ya les dije que la semana pasada, además de acabar con todos los chipirones del Cantábrico, estuve trabajando en una Universidad del Norte peninsular, donde cada día yo hablaba ante una audiencia de jovenzuelos con la cara taladrada por tuercas y tornillos que, para mi sorpresa, escuchaban atentos y además hacían preguntas. Para una a la que le gusta hablar como a mí, que además te escuchen es un lujo como otro cualquiera; y si además preguntan, significa que están atentos. Yo soy ignorante en esto de la aulas, pero las  dificultades del oficio me las cuenta mi santo que cada día torea en plazas bastante más complicadas donde tú hablas y no te escuchan. 

   las preguntas de estas criaturas eran todas parecidas: querían que les hablara de mi experiencia profesional, que les contara anécdotas de mi vida cotidiana, que les explicara cómo fueron mis comienzos (allá en el Jurásico superior) que les diera indicaciones prácticas para abrirse paso en el mismo entorno profesional, que les explicara cómo podrían fabricarse ellos mismos una experiencia. Práctica, experiencia, vida cotidiana...a ninguno de nuestros universitarios parece que les interese mucho la teoría de las cosas. Y no les culpo de ello. Tanto machacarlos con la crisis, lo mal que está la cosa, y ese terrible mensaje de que van a vivir mucho peor que sus padres, que prefieren recrearse en lo práctico que desgastarse los codos en lo teórico, que intuyen, por lo que les contamos, que no les va a valer para nada. 

 Y si cambiamos un poquito el mensaje señores ? Yo creo que ya les ha quedado claro que la época de las vacas gordas a todas horas se terminó, pero nadie ha hablado hasta ahora de que se extingan las vacas. Francamente, cuando yo terminé la carrera inútil que estudié, empezaba la guerra del Golfo, el barril de petróleo se puso en la estratosfera y el paro en España rondaba el 23%. Lo que no había era este pesimismo que se corta con cuchillo y tenedor. tampoco estábamos entrampados con una hipoteca a los veinticinco años, lo cual te da más alas para volar.

    Habrá alguien que les explique a estas criaturas que hay países en Europa y allende los mares donde el paro apenas existe y donde se pueden encontrar trabajos dignos que te permiten ayudar al prójimo y de paso ganarte unos cuartos, aunque no sean muchos? Verán los jóvenes en la tele "Españoles por el mundo"? porque yo lo veo a menudo y veo que el "homo hispanicus" que es de natural apegado al terruño y poco o nada políglota ha llegado a sitios bastante remotos del planeta. La experiencia hay que hacérsela, chavales! ni se nace con ella, ni se fabrica según el manual de instrucciones. Ni siquiera está en Google. 

   Yo suelo echar mano de los Clásicos, que dan muchas respuestas a todo lo que nos ocurre, en este caso San Juan de la Cruz:

"Entréme donde no supe
y quedéme no sabiendo
toda ciencia trascendiendo.
Yo no supe dónde estaba,
pero cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí.
No diré lo que sentí,
que me quedé no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo".

  Ay sí! leer también es una experiencia...y de las que ayudan. Y observar, y ya puestos a la observación les remito a mi entrada del 21 de abril, "talento literario". recuerdan ustedes la rosa encontrada en la acera de mi casa hace hoy diez días? sí, sí, la que estaba a unos metros del preservativo: pues sigue viva y esplendorosa! Qué le habrán echado? ...