jueves, 30 de agosto de 2012

Vida digital, mundos paralelos

   Me he ausentado de estos parajes durante unos días para pasar el trance de convertir a mi hijo preadolescente en un ser integrado en la sociedad. Me explico, le hemos comprado su primer teléfono móvil y le hemos dejado que se haga de Facebook; con ello ha dejado de ser un ser aislado del mundo como hasta ahora, una especie de leproso en versión siglo XXI, pues no se me ocurre otro ejemplo más gráfico de lo que es para un chaval de los de ahora vivir sin teléfono propio y sin un perfil en Twitter, en Facebook o en ambos dos. Del correo electrónico se ve que pasan, hay que escribir...un esfuerzo. 

    Pasaré por alto las circunstancias de la compra del teléfono y de la nueva reestructuración del abono telefónico familiar, porque acabarán ustedes por pensar que lo mío con los vendedores de aparatos electrónicos es la guerra del Vietnam; sólo les digo que nos pasamos dos horas en la tienda...Imagínense ustedes el cuadro. 

   Me detengo un poco más sobre el fenómeno de la red social, a la cual pertenezco, no lo oculto; aunque también puedo confesar mis pecadillos: Facebook es lo más parecido que he encontrado a la mirilla de las puertas o las garitas de los porteros, y yo voy de mirona como la que más. Me da pereza señalar los hitos determinantes de mi existencia como hacen otros, me niego a poner fotos y menos a participar en esas cadenas interminables de personas que te proponen tener mil amigos, sanar enfermedades incurables, o echarte un novio de bandera, eso ya lo hacíamos de pequeñas y con papelitos que metíamos en las cajoneras de los pupitres, tampoco se ha inventado nada nuevo. Pero para los observadores impenitentes de la realidad cotidiana como esta servidora (aunque luego no tengamos talento literario para contarla) Facebook es una mina de oro.

    Nos metemos con nuestros hijos adolescentes por el alto nivel intelectual y la profundidad de sus conversaciones, que todos espiamos porque para darles el permiso de ser miembros de la red les hemos obligado a que nos pongan de amigos:

-" hola tío! k  haces? (a veces sin "h")
- nada, aquí, ya vesss
-pues eso, yo lo mismo
-vale, chavalll!"

    Y no nos ponemos en tela de juicio cuando entramos en esos seriales interminables de piropos, que quizás se den porque ya no piropean los albañiles desde los andamios: "guapa", "no, guapa tú", "no tú más"; o cuando alguien anuncia "mi hijo he aprobado la selectividad" y automáticamente veinte conocidos le dan a la tecla del "me gusta" y si el mensaje es "me acabo de divorciar" o bajando un grado "tengo una gastroenteritis", los mismos veinte le dan también a la tecla del "me gusta"; en qué quedamos? Esto del "me gusta" empieza a ser un fenómeno casi religioso: tienen ustedes presentes esos predicadores evangélicos que cantan las glorias del Señor en las iglesias de Harlem y un coro incansable repite "amén" después de cada frase? pues el "me gusta" de Facebook se le parece peligrosamente. Habrá quien hasta se moleste cuando no se lo dicen...

    Así que he metido a mi hijo en este mundo de locos en el cual la gente que no se dirige la palabra por la calle se la dirige por las teclas y las pantallas; le he sacado de la leprosería de la infancia y le he convertido en un semi-adulto comunicado, localizado y contactable; no se si con ello he pasado uno de esos ritos iniciáticos de la paternidad (como antes era llevar a los machos al burdel y a las hembras a comprar encajes para camisones) o simplemente he pasado por el aro mediático como todo hijo de vecino. Por qué ser padre se está volviendo tan difícil? Y pensar que nuestros padres sólo tenían que pelear con nosotros para que no viéramos la televisión por las noches...Mañana será otro día. 

domingo, 26 de agosto de 2012

Un año conmigo

    Sin darnos mucha cuenta, llevan ustedes un año conmigo. Sí, sí, un año leyendo mi psicoanálisis en la plaza pública, que al fin y al cabo es en lo que consiste un blog. Se supone que debería darles las gracias, amado público, pero aún es más, voy a mostrarles mi sorpresa  por el hecho que, después de un año, con todos sus doce meses, y después de 95 entradas de calidad variable y sandeces muchas, sean ustedes 4173 (a día de hoy) los que me han leído. Pero como todos sabemos que las estadísticas son facilmente manipulables y una ciencia muy poco exacta, debo ser honesta conmigo misma: 4173 veces se pinchó alguien en mis escritos, pero me temo que los adheridos sean bastantes menos, eso sí fieles al puesto como nadie! Gracias!

   Siguiendo con las estadísticas ya que Blogspot me las proporciona, me comunican datos altamente sorprendentes, como que este blog lo han visto 130 personas en la India o 104 en Rusia: seràn españoles por el mundo? o serán nativos que hacen prácticas de lengua castellana? Ardo en deseos de saber. Me extraña menos encontrar lectores en Sudamérica, incluso en USA, pero lo del fenómeno indio me deja bastante perpleja. Así que voy a dar un paso más en mi aventura en las ondas: podrían ustedes, amables lectores de la India o Rusia decirme qué encuentran de interesante en estas líneas? Ya se que es una castaña, y que para poner comentarios  hay que hacerse un cuenta en Google, pero llegados a este punto, no estaría mal comunicar un poco entre nosotros y no sólo dejarme a mi vía libre para largar por este teclado todo lo que se me ocurra. Si lo hacen se lo agradeceré, y soy consciente que quizás alguien me diga "no escribes más que basura, así que dedícate a otra cosa": riesgo asumido.

   En este año que ha pasado he hablado de cine (mucho), de música,  de literatura (no tanto) de la vida cotidiana (bastante) y de mis seres queridos (quizás más de lo que ellos desearían); de España y de política, y sobre todo de la crisis. Creo que ya les ha quedado medio claro que amo el cine sobre todas las artes ("De película", "A bailar!"), que me apasiona Vargas Llosa el escritor aunque no tanto el personaje público (léase "Cinco minutos con Mario") que me preocupa mi país ("Mi querida España") y me obsesiona la crisis ("Abrazados a la miseria", "Se me ocurre"). Que creo que España está gobernada desde hace años por una panda de políticos catetos y cortos de miras ("Democracia arrodillada", "Pompoff y Teddy salen de campaña") y que la Iglesia no debería mezclarse en los asuntos terrenos ("Con la Iglesia hemos topado"). Ya se que no sirvo para torcer acontecimientos ni voluntades, dado mi poco público y mis pocas ganas de promocionarme, pero por lo que pueda servir, sigo pregonando mi fe en la democracia ("Habla, pueblo habla") en la virtud de mezclarse con los extranjeros y abrirles nuestras puertas ("Que se queden") en la educación como arma arrojadiza ("Esos locos bajitos") y mi estupor ante los muertos por hambre en el mundo ("Más cornadas da el hambre").

    No quisiera repertirme pero, ya saben, tengo un iPad, una televisión nueva desde noviembre que aún no se usar, soy perfectamente inútil con mis manos y corro siete kilómetros en una hora dos o tres veces por semana porque me fastidia engordar y que no me entren los vaqueros, verbigracia, no me hace ninguna gracia envejecer. No esperen grandes novedades para el año II del blog que estoy inaugurando con estas líneas, si hay algo que me caracteriza es la perseverancia así que seguiré siendo martillo de herejes en lo que toca. Ustedes pueden seguir leyendo o desengancharse del asunto, me pueden mandar un comentario (que agradezco) o salirse haciendo mutis por el foro (que lo entenderé). Y así son las cosas porque así se la he contado (que decía aquel que presentaba el Telediario) muchas gracias por su atención, su paciencia conmigo y su fidelidad. Creo que el público está por encima del escribano, intentaré no defraudarles si deciden pasar un año más conmigo.

viernes, 24 de agosto de 2012

Apuntes de una noche de verano

    Aquí me tienen de vuelta a casa, despistada como un burro en un garaje: no encuentro la llave de la luz, no recuerdo la clave para abrir mi ordenador, el correo sin abrir me mira de reojo desde mi mesa, el correo electrónico del trabajo vomita mensajes cual niño con salmonelosis y ya no hablemos de volver a aprender a usar la televisión porque a  duras penas se para qué sirve cada mando a distancia de mi casa, uffffff! Ya se, no debo quejarme porque es lo que tiene ser funcionaria y disfrutar de unas largas vacaciones, ya, ya.Pero si tener un blog no sirve ya ni para quejarse, entonces qué nos queda?

    Para que no se me altere demasiado la bilis, prefiero  guardar lo bueno del asunto y paso a relatar algunos de mis hallazgos vacacionales, perdonen si me repito con lo dicho en alguna de mis entradas veraniegas ya saben, el cerebro se reblandece y la memoria es un músculo que requiere màs y mejor tonificación que el resto de cuerpo.

    Oído en la playa: "Aldara traeme el cubo de las coquinas". "Aldara" es una niña, nombre jamás oído, cuento la anécdota a una de mis comadres playeras que me dice que hace unos meses su madre (médico de la sanidad pública) le arregló un brazo roto a un niño llamado "Iloveny", que llevaba tal carga por la vida gracias a que a su madre le gustaba mucho Nueva York..."Iloveny": I-love-NY...sin comentarios.

   Visto en una tapia española: "prohibido prohibir y dar por el culo": bonita perífrasis de un clásico de las pintadas del mayo del 68; lo sabrá el que lo pintó?

   Anuncio por palabras: "se alquila piso a personas con nómina". Me temo que con cinco millones de personas sin nómina en nuestro querido país, los que compraron pisos para alquilarlos se van  hacer sangre esperando a esos inquilinos con catorce pagas que jamás van a llegar.

    Descubrimientos culinarios gracias a la crisis: la caña helada con pincho por un euro cincuenta; el menú que otrora fuera de doce euros y que ha bajado en muchos sitios hasta nueve pero siguen dando dos platos y postre de sana cocina mediterránea. Y el churro, ese pariente pobre de la bollería, del que por un euro y poco más se pueden tener una docena, calientes, crujientes y con toda su grasa dispuesta a diluirse en el café con leche servido en vaso y en el bar de enfrente. Ya que estamos en el tema alimentario: puede alguien explicarme por qué a las panaderías de toda la vida ahora se les pone un cartel en la puerta con una frase tan cursi como "punto de pan caliente"?

   Recomendaciones. De lectura imprescindible, "La civilización del espectáculo" de Mario Vargas Llosa, para entender muchas de las cosas que nos están pasando y el número especial de "El Jueves" publicado en Julio con el título de "la muerte de la Monarquía", para saber qué les está pasando. Y una película, "Brave" el último Pixar,  puede que no tan genial como otras pero espectacular en sus escenas. O quizás a mi me ha entusiasmado esa princesa pelirroja, que roba pasteles, tira con arco, monta a caballo y no se quiere poner falda...salvando las distancias (yo no soy princesa, ni escocesa ni pelirroja) me recuerda mucho a la niña que fui.

   Una escena memorable: las dos nadadoras de la sincronizada española bailando flamenco con la cabeza abajo y en apnea  mientras zapatean al aire con perfecto sentido del ritmo y del compás. Y nuestros internacionales de la Roja lamentándose porque se cansaron de ir a jugar un partido amistoso a Puerto Rico: y eso con la cabeza hacia arriba, respirando , sin un moño con dos kilos de gomina y maquillaje waterproof

   Y para terminar, los buenos deseos habituales, feliz domingo, felices vacaciones a los que aún las disfrutan y feliz retorno a los que están por las carreteras, feliz domingo y hasta dentro de pocos días, donde celebraremos un año de "que he hecho yo para merecer ésto". Permanezcan atentos.

lunes, 20 de agosto de 2012

Veraneo interior

    Comparto con mi adorada Maruja Torres el apellido y ciertas afinidades temáticas; nos separan unas generaciones y sobre todo el mucho talento de ella comparado con esta modesta plumilla. Le profeso una sana envidia porque muchos de sus artículos no es que los suscriba, es que daría mi mano derecha por haberlos escrito yo! El último es el que aparecía ayer domingo en el suplemento dominical, titulado "un pueblo" donde cuenta con singular maestría cómo se pasan los calores agosteños en una ciudad cualquiera, la suya por ejemplo, sacando partido de esas pequeñas cosas que a diario y en invierno o cualquier otra estación menos sofocante, no nos llaman la atención. 

    Querida Maruja: me has chafado la entrada que tenía preparada para hoy. A ver con qué excusa me pongo yo a hablar de las delicias de mi ciudad de provincias cuando atravieso la segunda ola de calor en una semana...después de haberte leído a tí! A ver cómo cuento que paso todas las noches en el cine  buscando no la excelencia cinematogràfica sino el aire acondicionado, cómo explico que todas las mañanas el chico de la panadería y yo tenemos sesudas conversacionses metereológicas, cómo cuento lo de que hoy en la peluquería (sí, sí yo la peluterapia la practico allá por donde paso) mi peluquera me ha pedido que le explique en qué consiste exactamente la prima de riesgo y antes de que me diera tiempo a abrir la boca otra señora se lanzó al ruedo al grito de "es un invento de la Merkel". Me callé claro, la señora tenía màs argumentos que yo, a ver si me entienden.

    Cómo yo no tengo talento literario y a Maruja le sobra, léanse mejor su artículo para comprender que en las ciudades de interior, sin playa , sin sierra y con monumentos, también se veranea. Que también se veranea refugiàndose a la vera del ventilador y luchando por bajar dos décimas el mercurio del dormitorio. Que es posible disfrutar de lo que queda de las vacaciones con la simple compañía de los amigos que se quedaron en el interior sin veranear y que la esperan a una con los brazos abiertos y ese fantástico invento que es la caña helada con pincho a un euro cincuenta. 

    Dice Maruja que un agosto así no está nada mal, siempre que nos dejen respirar...si lo dice Maruja no seré yo quien le lleve la contraria. 

miércoles, 15 de agosto de 2012

Simplemente gazpacho

    Este mi verano de larga playa, poca conexión y mucha pereza, me ha traído hasta la ciudad monumental que me vio nacer, a modo de transición con mi lugar de residencia, para que sea menos traumàtico pasar del biquini al paraguas. Le dije adios a todas mis comadres playeras, a mis churreros del alma, a mi pescadera, a mi bar con wifi desde donde les escribía y me  crucé la terrible estepa castellana (se acuerdan? "sangre, sudor y hierro, el Cid cabalga") para llegar con la fresca de las cuatro de la tarde a mi entrañable capital de provincias.

    Ya les hablaba en la última entrada de la amabilidad portuguesa y la apacibilidad de sus gentes, bien: llego a mi casa provinciana y apenas puestos los cuatro intermitentes y abierta la puerta del coche para bajar las maletas al portal, un repartidor de furgoneta amenaza con partirme la cara (literal) si no me aparto de la calzada a la voz de "ya"...Pasa por allí la policía municipal y me dicen que tengo todo el derecho del mundo a descargar las maletas en la puerta de mi domicilio (vaya! No se me hubiera ocurrido) y el repartidor malhumorado y agresivo se marcha indignado porque no le han dado la razón a él...Prefiero pensar que el hombre apenas llega a fin de mes, para estar de semejante café...

    Tras subir las maletas y abrir una casa que lleva varios meses cerrada y que parece el horno de una pizzería abro la nevera y me encuentro una garrafa de gazpacho que el angel de la guarda que tengo por hermana me ha dejado la noche anterior sabedora de cual sería mi estado al llegar; y me digo que es verdad aquello que afirmaba el Doctor Marañón: que el gazpacho había salvado màs vidas en la posguerra española que la penicilina!

    Nada mejor para aplacar la sed, el hambre, las iras, los malos, humores y fenómenos parejos que un buen gazpacho en su versión original, esto es, con su tomate, su ajo y su pepino. Dejemos las versiones modernas a base de fresa, manzana y maracuyà para situaciones frívolas. Para la vida cotidiana: gazpacho. Para el verano estepario, gazpacho, para los sofocos menopausicos: gazpacho. Demos gazpacho a chorizos y maltratadores, repartamos gazpacho en los colegios para acabar con la obesidad infantil; estoy segura que mejoraremos el mundo. Funcionarà también para aplacar los mercados? Le gustará a Angela Merkel? Quedo a la espera de sus respuestas.Atentamente.

jueves, 9 de agosto de 2012

O pais irmão

    Por unos días, he cambiado mi playa perdida de Andalucía por una playa perdida del sur de Portugal lo cual, aparte de contribuir a subir el PIB de un pobre país rescatado, me permite confirmar algunas cosas que ya sospechaba de nuestros vecinos de frontera y descubrir algunas otras que me han resultado màs que agradables.

   Primera: los portugueses hablan inglés, casi todos, amen de un español correctísimo que se empeñan en utilizar ya sea por amabilidad ya sea por practicar idiomas, y de paso me impiden a mí mejorar mi maltrecho portugués, y me dejan en evidencia. Esto ya lo sabía, como se de su tradicional gentileza, de todos los saludos, felicitaciones, disculpas y parabienes que  le propinan a uno cuando se los atraviesa por un pasillo e incluso en la escalera de una piscina...algo que los del país prepotente de la península ibérica hemos olvidado.

    Segunda: en Portugal se come de vicio, y una servidora, que peca de gula muy por encima de los otros seis pecados capitales, se siente feliz de poder comer excelentes pescados, percebes a precio de merluza, ensaladas de un  frescor insultante y sobre todo, café sin requemar y flanes a todas horas. Reto al amable público vacacional  a que encuentre un sólo restaurante portugués donde haya un flan incomible: no existen, hacer un buen flan es una cuestión de orgullo nacional.

    Tercero, y con ello la sorpresa: los portugueses respetan la naturaleza como respetan a las personas, las playas estàn limpias, ponen a disposición de los usuarios ceniceros y papeleras portàtiles, venden las bebidas en vasos biodegradables y reparten octavillas en las entradas playeras con las recomendaciones de buen uso y mantenimiento del espacio natural, no dejan que se paseen los perros sueltos y no te clavan tres euros por una botella de agua en el chiringuito! La cosa pública es de todos y la playa también, y ellos son los primero en no dejar que se venga abajo.

    Creo que se nota que estoy pasando unos días de pleno idilio con nuestros vecinos peninsulares, a quienes tan a menudo menospreciamos, de quienes echamos pestes cuando nos adelantan por las carreteras (cierto es que conducen de aquella manera...) y de quienes tengamos quizàs que aprender y pedir lecciones cuando tengamos que salir de la operación rescate que nos aguarda, de la que ellos no se libraron y de la que van levantando cabeza.

    El sur de Portugal tiene escondidas en una costa que remonta el cabo de San Vicente una serie de playas que ya las quisiéramos para nosotros, la gente es esplédida, la naturaleza un escándalo y la vida caminaa a nuestro ritmo sin acelerones ni trompicones, y Portugal es un país "muito mais civilado do que nos creemos" y esto lo dejo en original porque ya es hora de que los españoles nos pongamos a estudiar idiomas!!!

domingo, 5 de agosto de 2012

Suspensos para septiembre

    En mi playa nos falta este año una de mis comadres, se ha quedado en la estepa extremeña vigilando a su niña pendiente de cate septembrino y selectividad. Mariano se ha quedado en la Moncloa pendiente de que los mercados le aprueben y pueda marcharse a Pontevedra a comerse unos mejillones, por ahora parece que sigue suspenso. Si A Mariano se le funde un plomo (ya que le falta poco) siempre nos quedarà Soraya, que como ha sido opositora sabe lo que es estudiar en verano y parece que no le importa mucho.

    El rey también se ha quedado en su despacho estudiando para septiembre cómo poner orden entre sus parientes y de paso se quita de la chiquillería y de su señora, que la tiene de uñas desde lo del elefante. Veo en el "Hola" que la Preysler tampoco tiene vacaciones porque se tiene que quedar en Madrid cuidando a su santo que estuvo hace unos meses màs allà que acá.

    Mariano le ha pedido a sus ministros que no se vayan muy lejos, por si hay que salir en la tele diciendo que aquí no pasa nada y que no le toque siempre a él; Hollande también le ha pedido a su gobierno que no se vaya de Francia (menos mal que Francia es pequeña y tiene sitios feos como la Costa Azul...) por aquello de dar ejemplo y no marcharse a hacer negocios con los dictadores árabes, como ocurría antaño.

    A este paso van a conseguir que me sienta culpable por tener un mes de vacaciones! Pero yo he sido buena durante el curso, he hecho todos los días mis deberes y tengo ciertos ahorrillos con los que capear el temporal, me compro un coche cada diez años, y una tele cada quince...espero que Angela Merkel,que ella sí veranea, me perdone mis pecados y de paso, allá por Italia que es donde está, si no la envenenan con una pasta al pesto  fermentada, nos perdone a muchos europeos los exámenes de septiembre! Feliz domingo a todos.